14 de marzo de 2019 | Daniel Solano Sújar
Siempre llevó ese escudo con total dignidad
Cuando el amor a unos colores, fue su santo y seña
Siempre que recordamos tiempos de fútbol de nuestros pueblos y comarca, es muy halagador el comprobar el mayor de los éxitos de este evento deportivo, en todas estas situaciones, y en estas reuniones pasando ese tiempo con la cervecita en la mano, a todo nos une el mismo tema, la amistad, ese valor que nace en las entrañas de los vestuarios y que se plasma domingo tras domingo, entrenamiento tras entrenamiento y en esa hora de ponerse ese camiseta, que es a la postre el mayor orgullo que una persona puede tener a la hora de ponérsela.
Nuestra comarca siempre fue muy proclive de tener a grandes jugadores, hoy quiero dedicarle unas palabras llenas de respeto y cariño a una persona que como jugador de ese gran equipo PEÑARROYA C.F. de la década de los setenta, ochenta, que marcaron un época, nunca dejaremos de escribir de ellos, porque fue un tiempo muy importante en este gran pueblo y después de un parón, ellos reivindicaron y de que forma el sentimiento y el amor a esos colores rojos de sus camisetas y ese azul de sus pantalones, el tiempo aquél fue duro y complicado, pero bonito e inolvidable, gracias a esas directivas todo salió con mucho trabajo y esfuerzo para adelante, del cual en este momento, nos sentimos muy felices y orgullosos de seguir contemplando ese fútbol en ese viejo estadio de Casablanca.
Este escrito va dirigido a un exjugador que dejó plasmado por esa banda derecha, todo lo mejor de él, en ese fútbol que desarrollaba, en esos bonitos partidos de aquellos tiempos, y que su comportamiento fue muy digno, ANTONIO MUÑOZ GÓMEZ, dignificó siempre esa palabra de futbolista que compagino de una manera maravillosa con su trabajo en la farmacia, esa entrega en todos esos partidos de su equipo del alma, su Peñarroya C.F., le hizo acreedor de ser esa jugador importante para el técnico de turno, sinceramente un compañero inigualable, esa forma de ser, la trasmitía en toda su vida personal y como no, en ese trabajo en esa dependencia, del que era esa persona entrañable y atenta con toda su clientela y ese cariño en el trato para con ellos.
La vida te depara muchos momentos inolvidables, y en este caso, ANTONIO, en esas facetas deportiva y de su vida laboral, ha sido ese peñarriblense que hace muy grande al pueblo que lo vio nacer, y desde este artículo, que Infoguadiato,com, me permite exponer, quiero darle las gracias por todo lo que nos dio y nos sigue dando, desde esta vieja ciudad de Madrid, un fortísimo abrazo, y que sigas como eres, así te queremos y mucho gran amigo.
Ya termino diciendo sólo tres palabras VIVA EL PEÑARROYA C.F.