9 de julio de 2018 | Daniel Solano Sújar
Arraigo permanente a su tierra
El trato y el cariño hacia sus paisanos, sus señas de identidad
Cuantas personas dejan en la vida esos grandes recuerdos y esas grandes estimaciones hacia su persona, por suerte he tenido conocimiento de trato hacia ellas y siempre les estaré muy agradecido, ya que con esa forma de ser, son merecedores de los mayores aplausos, hablo de todos esos que a pesar de la cantidad de años que llevan fuera, siguen conservando en su interior ese espacio que nunca olvidaron, siguen igual con ese pensamiento puesto en su pueblo y en sus gentes, y esto es muy alentador, llegaron a esas ciudades y pueblos, donde les toco salir en busca de ese nuevo trabajo y la verdad, no perdieron ni un ápice de amor y cariño hacia los suyo, ese lugar que lo recuerdan en el día a día, y hoy con las nuevas tecnologías, están contribuyendo a forjar esa unión entre todos, esos comentarios llenos de añoranza, esa alegría manifiesta en sus exposiciones en esta redes sociales, no hay mas que entrar en se grupo de Belmez, y ahí puedes leer todo los que ellos y todos sentimos hacia ese rincón belmezano que tanto queremos.
Hoy quiero dedicarle unas líneas llenas de cariño a un belmezano que en todas sus exposiciones sobre su pueblo, son firmes afirmaciones de sentimiento a ese lugar que lo vio nacer, una persona que muy de joven ya recorría aquellas calles nuestras con la compañía de su padre en ese reparto de aquellos vales de carbón que la empresa les tenía asignados a sus mineros y empleados, ese carbón que fue parte muy importante en la vida social de nuestro pueblo, y que en momentos oportunos, gracias al trabajo que dejaba esa necesaria estabilidad económica muy importante para las familias belmezanas.
MIGUEL JUAREZ TAMAYO, es ese belmezano, atento, cariñoso y muy familiar, amigo de sus amigos y una persona reivindicativa de lo suyo, lleva mucho tiempo en esa ciudad de Barcelona, donde le toco emigrar, muy querido en todo el ambiente donde él se mueve, un hombre que siempre tiene esa palabra de afecto y con una educación exquisita, un lujo de persona para su familia y amigos y un hombre sencillo y bueno, y esto si que es importante, ya que Miguel siempre tiene sus brazos abiertos hacia todo el mundo.
Desde muy pequeño subido en aquél carro, ayudando en esas duras tareas a su querido padre, era muy querido entre todas esas familias receptoras de ese vale de carbón, trabajo muchísimo y como no podía ser de otras forma dejó ese sello de persona a la que tanto se le quiere en su pueblo, pueblo que él adora y echa mucho de menos diariamente.
La vida va pasando y pasando y ese sentimiento sigue vivo e intacto en él, supo ser feliz en esos años en ese rincón que tanto siente y en esa ciudad catalana supo dignificar siempre el gentilicio de belmezano, gracias Miguel, por ser como eres, tus amigos belmezanos te seguimos queriendo como siempre, felicidades para tu compañera de viaje MERCEDES, y mucha felicidad para vosotros y para toda tu maravillosa familia.
Desde esta ciudad de Madrid, un fortísimo abrazo Miguel.