La vida es tan rápida, que a veces no te das cuenta el paso transcurrido, esos tiempos de juventud, donde todo era felicidad, si apenas tener mucho, pero si teníamos lo que debemos de tener siempre, lealtad a los tuyos y la verdad que esos años vividos siempre te acompañan para toda tu vida, y que bonito es juntarse y recordar todo lo que significó esos años, ya que a pesar de la distancia, no se ha perdido ni un óbice el cariño que siempre sentí por ellos.
Benetusser, una ciudad en esa carretera de Madrid, en esa bonita ciudad de Valencia, un municipio muy comprometido en aquellos años con el trabajo, grandes industrias de madera y de otros servicios importantes, hoy ya no es lo que llegó a ser, fábrica y fábrica de muebles, talleres por doquier y mucho empleo, un lugar que supo recibir a mucha cantidad de personas que llegaron en esa década de los años sesenta, y muchos de ellos eran de ese gran pueblo, Peñarroya Pueblonuevo, ahí tuve la suerte de conectar con muchos de ellos, a los que le guardo todo el cariño del mundo, en ese pueblo, tengo a mucha familia y la verdad son muy felices, ya que le abrió las
puertas al trabajo en aquellos difíciles años de nuestra situación de esos años difíciles de los cierres de trabajo en nuestro cerco industrial en nuestra zona esos años sesenta fueron complicados para todos los que trabajaban en la Sociedad Minera Metalúrgica de Peñarroya, otros se quedaron ahí, muchos le ofrecieron, puestos de trabajo en la Unión Cartagena, Madrid, oficinas centrales y muchos otros decidieron buscar de nuevo empleo en otras provincias españolas, y muchos de nuestros paisanos llegaron a este pueblo al que le tengo un cariño muy especial, tuve la suerte poder vestirme esa camiseta de ese equipo representativo y defenderlo con orgullo, y eso lo vuelvo a vivir año tras año cuando acudo a ese comida en recuerdo de aquellos años de fútbol con el C.D. BENETUSSER, tiempos inolvidables, aquellos tiempos y aquellos amigos, Eduardo y todos sus hermanos y hermanas, esos grandes peñarriblenses que nunca perdieron los orígenes que sus padres le inculcaron toda su vida, ese Torero de casta, Maraver, y familia, Juan José el Michelas, ese otro pedazo de gran persona y bueno cuantos y cuantos peñarriblenses y belmezanos, Manuel Almansa, María Estepa y hermanos, Joaquin Santos, y muchos mas que acudían a ver al “choricero” jugar esos partidos, muy cerquita del Parque Alcosa , donde vivían muchos de ellos, recuerdos infinitos y con la felicidad que los pude vivir, la palabra amistad estaba siempre candente y como nos juntábamos para unirnos mas y mas entre todos, ese gran amante de los toros, y que su pasión era llegar un día a vestirse de luces, como vivía esa afición, siempre nos gustaba juntarnos con el maestro LARA, un torero con residencia en este pueblo, cuantas tardes pasamos los dos juntos con su hermano Eduardo, y que gran familia esta Peñarriblense, como quieren a su pueblo y como lo recordaban todos los días, corría el año 1969, han pasado muchos años, pero la amistad sigue muy viva y ese pueblo y esa ciudad, supieron entender que grandes personas eran estos emigrantes, y como trabajaron y trabajan por el relanzamiento de ese lugar donde viven, personas muy comprometidas, de la misma manera que en su interior está ese sentimiento encontrado de todo lo que significa nuestra zona para ellos, Peñarroya Pueblonuevo, sigue muy vivo en el interior de todos ellos y ellas, y son personas que en el día a día dignifican a su pueblo a través de sus comportamientos, y ya termino este escrito y estas líneas desde mi corazón, dándole todo mi afecto y cariño a todos ellos y ellas, por todo lo que siempre me regalaron, esa amistad que nunca olvidaré.
EDUARDO y FAMILIA, un abrazo enorme a todos, os quiero.