16 de marzo de 2018 | Daniel Solano Sújar
Siempre tenía ese olfato de gol
Jugaba de espaldas de una forma sensacional, el área su parcela
Todos los que hemos tenido esa gran oportunidad de jugar durante muchos años a este bello deporte, de alguna forma hemos conocido a esa clase de jugadores que son muy grandes en el aspecto estratégico, son muy valientes, siempre van con la cara por delante, y en esos espacios son muy peligrosos, y se hacen acreedores de grandes elogios por parte de sus compañeros y de esa afición, el gol, es lo que mas prima en este juego del fútbol y los afortunados que tienen en sus genes esta cualidad, son como he dicho muy afortunados.
En esta nueva sección de fútbol, tuve la gran suerte de coincidir con una de esa clase de persona, y sinceramente era ese prototipo de jugador inteligente, buscaba siempre ese espacio donde estar situado para rematar de la forma que lo hacia, en su aportación a este club que tanto admiramos muchos, fue de matrícula de honor, esa parcela suya, ahí entre líneas se
movía de una forma espectacular, sus remates ciertos y concisos, y nunca abusó en esos momentos que tuvo que soltar la pelota al jugador mejor situado, para él primaba mucho el hacer gol, lo hiciera quien lo hiciera, y la verdad que en esa gestión siempre fue muy solidario.
Estoy hablando y comentando de un jugador cordobés de esa nuestra capital, un hombre que se aprendía el renglón que le felicitaba el mister, y lo llevaba a cabo, en esa liga de la que fuimos campeones, creo que marcó 42 goles, un hombre muy listo y con una calidad fuera de toda duda.
PALACIOS, es y era su nombre futbolístico, fajador en el un contra uno, muy buen rematador con ambas piernas, se movía de cine en ese punto del área, y siempre le buscaba de una forma genial las espaldas a los defensas, muy listo en sus funciones, y era un jugador con una gran experiencia, PALACIOS, fue muy comprometido con el C.D. Pozoblanco y desde el minuto uno y desde el primer partido que jugó con ese club, dejó patente su calidad y lo fue corroborando domingo tras domingo en
esos grandes encuentros que dejaron esa gran huella en el Virgen de Luna.
En todos los clubs, pasan jugadores de todos los niveles, pero en las retinas de esos grandes aficionados, quedan esos que dignifican la forma de defender ese escudo, y en este caso, mi compañero PALACIOS, dejó el pabellón en lo mas alto que él pudo.
Son dulces momentos los que uno siente, al recordar esos años de fútbol, y la verdad que yo sólo puedo decir que fue un honor el haber tenido la gran suerte de completar esa lista de jugadores de esos años, bajo la dirección de esos muy buenos entrenadores Pedro Parra y Boni, y disfrutar jugando al lado de todos estos amigos y compañeros.
Termino, diciéndole a mi amigo PALACIOS, que fue un placer el jugar esos años junto contigo y agradecerte lo mucho que nos diste del que disfrutamos todos.
Un abrazo desde esta ciudad de Madrid.