9 de marzo de 2018 | Daniel Solano Sújar
Esos tiempos de fútbol en el Porvenir de la Industria
Desde la Raña, y siempre dejando el pabellón deportivo en lo mas alto
Que suerte tuve de poder compartir vestuario con personas y amigos que en esos tiempos a través de este bello deporte del fútbol, conseguimos aunar mucho nuestra amistad, nunca dejo de acordarme de esos años setenta, cuando mi gran amigo Antonio Cobos, me dijo, quiero que juegues conmigo en el Pozoblanco C.F., nunca dejaré de agradecérselo, ahí tuve la gran suerte de conocer a un grupo de personas a las que adoro, porque enseguida me abrieron las puertas y fueron gentes muy importantes para mi formación futbolística, algo que siempre tendré en cuenta, cuando la directrices de un club la llevan esos técnicos como los que tuve la gran suerte de tener, PEDRO PARRA y BONI, ellos dos amaron a este club y siempre estarán en mi recuerdo, nos enseñaron mucho y sobre todo, ese gesto deportivo de respetar el escudo que defendíamos y eso todos los supimos asimilar.
Bueno, hoy le quiero dedicar unas líneas a otro compañero, él se situaba en el campo, en ese medio centro, y cuanto terreno cogía, que pedazo de jugador, desde muy niño, siempre estaba frente a su casa, junto a esos grandes árboles eucaliptos, corriendo detrás de la pelota, ahí en esa pedanía, era y es superconocido, su talante de buenachón y ese jugador calladito con una calidad tremenda, que fácil lo hacía, a pesar de esa gran envergadura, era un jugador rápido con un potente disparo y unas subidas a los corner muy temible, su humildad en su juego era su fuerte, me acuerdo cuando salíamos de Belmez en aquél mil quinientos verde, con nuestro conductor Silverio, a buscarle al Porvenir, ya estaba esperando en su puerta, se subía y por la carretera comarcal, por los claveles nos íbamos a buscar a otros dos jugadores mas, Mestre, nuestro Capitán y Foncho, otros dos valladares defensivos de este equipo, la verdad son recuerdos imborrables, a la llegada ya había aficionados esperando para la entrada, el Virgen de Luna, se ponía hasta la bola, tiempos de fútbol que nunca olvidé.
Las charlas del vestuario antes de los partidos eran muy intensas, todos pendientes de que no nos faltara nada, PEDRO, ese gran masajista, siempre dándonos mucho ánimos y el ambiente entre todos y nuestro entrenador era toda un piña.
Cuanto uno recuerda esos partidos ,siempre me viene a la mente esos bellos recuerdos, me quedé maravillado viendo como la controlaba, y con que calidad tocaba la pelota, EVELIO, ese pedazo de jugador que tanto nos ayudo en esos campeonatos, cuanto juego distribuyó desde su posición en ese centro del campo, el pollo gigante le decían algunos aficionados, que buena persona, nunca daba patada a nadie, no las necesitaba para jugar, en el trato con lo contrarios, era todo un caballero del fútbol, una educación exquisita y un comportamiento digno de mencionar, siempre he dicho que este chico del Porvenir, me dejó tantos recuerdos buenos, que siempre estará en mi mente y en mi recuerdos, EVELIO, era y es esa persona, ese amigo que nunca quieres perder y como compañero de
vestuario un tío legal, desde el minuto uno hasta el minuto noventa y algo, siempre se dejó el alma en todos los sitios donde jugó, en PEÑARROYA ,se le quiere muchísimo, y en ese pueblo blanco de Pozoblanco, en el mundillo del fútbol, a pesar de los años pasados y de la cantidad de equipos que se formaron ,él tiene su sitio especial, ya que siempre en esa década de los setenta, siguen impregnadas en la memoria de muchos pozoalbenses aficionados que lo recuerdan como EVELIO se lo merece.
Ya antes de terminar, decirle que siempre para mi fue un placer y un honor el poder haber tenido la oportunidad de vestirme junto a ti en ese vestuario del mítico Virgen de Luna, donde fui inmensamente feliz con tu compañía en esas alineaciones de ese gran club que todos tanto queremos.
Gracias EVELIO, por todo lo que nos diste y que siempre fue mucho.