15 de febrero de 2018 | Daniel Solano Sújar
Aquellos años ochenta y algo más
Tiempos inolvidables de música y amigos
Cuanto años han pasado ya desde que ese local ahí en la calle Santo, llegaban las compañías de teatro y esos estrenos de cine, y todo el pueblo acudía a ese citada fecha, tiempos de gran afluencia, tiempos de trabajo y tiempos de felicidad, parte importante de la vida cotidiana de nuestra cuenca minera, Belmez, con muchos habitantes y eso siempre era un aliciente para montar espectáculos y estrenar esas películas, esa tarde de los domingos el cine infantil y la segunda función de la tarde noche, donde en invierno era un verdadero placer acudir a ese patio de butacas y sentirte un hombre muy feliz, viendo esa proyección, el cine es cultura y eso se notaba en el ambiente, gracias a este medio, pudimos disfrutar de ese inmejorable cine Gran Capitán, santo y seña del celuloide belmezano.
Eran tiempos de trabajo y esplendor, grandes actuaciones en ese Teatro Cine, y la verdad que una vez llegado esa década de los sesenta-setenta, el declive importante en la zona de trabajo, creo ese ambiente complicado y hubo que salir, muchos belmezanos emigraron a esas principales ciudades de España y a países de Europa, momentos muy difíciles que tuvimos que soportar y que aún nuestra zona y comarca, han sufrido y siguen sufriendo ese éxodo que no terminamos de parar, una verdadera pena, pero esa es la cruel realidad y que con todo dolor estamos viendo y viendo.
Han pasado muchos años y ese local, ese cine nuestro, tuvo esa renovación una vez los Gallardos, vendieron ese lugar preferencial de nuestro pueblo al que se le tenía un cariño de verdad, los tiempos van cambiando y las nuevas tecnologías priman en todo el ámbito nacional, ese sitio de la calle Santo, se convertía en un lugar de expansión y ocio, una discoteca aparece, llamada D. Manuel II, de verdad fueron momentos donde los jóvenes tenían su local de esparcimiento y diversión, muy buena música, atracciones en algunos momentos, y bueno un lugar que tuvo vida propia durante ese tiempo que estuvo abierta, hoy le quiero agradecer el enorme trabajo de una persona que estuvo ahí día a día, trabajando y colaborando de una forma íntegra, intentando que los clientes estuvieran a gusto, se divirtieran de una forma sana, y que el ambiente fuera acogedor, ANTONIO MUÑOZ LLANO, era una persona importante que hizo una gran labor en esos tiempos, era ese relaciones publicas que llevaban ese orden y ese caché que hacía que las tardes y noches fueran todo lo agradable para todo el mundo, siempre he dicho, que los locales de diversión así como los bares y restaurantes, lo hacen grandes las personas que están en el día a día con el cliente, y en este caso que me ocupa, ANTONIO, era esa clase de persona que en esos momentos le dio en punto a ese local, y muchas de las personas que acudíamos, era gracias a esa atención y con el cariño y respeto que lo hacía.
El tiempo sigue pasando y pasando y esos momentos quedaron ahí de una forma, que todos lo recordamos con el cariño y la sensación de ese lugar entrañable, como decía esa discoteca del empresario y amigo Sixto, quedó en los anales de las historia de Belmez, esas vivencias de muchos aportaron a mantener una amistad inolvidable, ese éxito es lo que a uno le queda, DON MANUEL II, un bonito lugar para recordar.
Ahora dicho lugar es uno más de BELMEZ, renovado y haciendo una servicio importante para el pueblo, Autoservicio Día, otra historia de ese emblemático local que se ha ido renovando ,etapas por etapas, ya termino, pero antes le quiero agradecer a todos esas personas que apostaron por nuestro pueblo, en esas comentada etapas de la vida e historia de este lugar de la calle el Santo, y diciéndole a mi amigo ANTONIO MUÑOZ LLANO, que fue un placer el poder haber estado en ese tuya discoteca, esos años donde realmente fuimos felices, gracias amigo.