16 de octubre de 2017 | Daniel Solano Sújar
La Estrella C.F.
Aún reluce cuando se les nombra
Que tiempos de fútbol de aquellos años, esos chavales que se reunieron en este equipo para ensalzar ese fútbol de nuestras calles, ese fútbol de los recreos, y ese fútbol que tanto nos agrado ver, y que cuando recordamos aquellos años, ellos siempre están en ese recuerdo, esa camiseta amarilla y ese pantalón negro, todos jovencísimos, juveniles, compartieron campeonato con otros equipos de Belmez, El Santos, El Sporting, El Belajimez, El Atlético Belmezano, y otros, esa liguilla que creó D. Juan Yedra, y supervisada por un hombre importante en la vida e historia del fútbol de Belmez, D. JUAN CORTÉS MORA.
Todos estos jugadores eran seguidos para el día de mañana representar al equipo de nuestro pueblo, nuestro Recreativo Belmezano, este campeonato dejò ese gran sabor especial, y ahí en ese terreno de juego se vieron esas evoluciones de grandes jugadores, muchos de ellos con una calidad exquisita y siempre han sido recordados por su buen hacer, hoy le quiero hacer un reconocimiento a este equipo de la Estrella C.F., campeón de esa mencionada liguilla local, de aquellos felices años de la década de los sesenta.
Ellos eran estos y así formaban:
Porteros, Basilio Gallardo, un portero con unos reflejos y una elasticidad increíble, muy bueno bajo los palos y en el uno contra uno superior.
Angel Caballero, valiente, muy buen situado siempre y por arriba iba fenomenal, muy atento y con una gran calidad.
Defensas: Victor, seguro, rápido y un marcador implacable, muy bien dotado técnicamente.
Juan Mari, el “PIO”, una calidad técnica superior, situado siempre en su sitio, y con una visión tremenda, te sacaba la pelota siempre jugándola y no daba ni una sola patada.
Juan Manuel, que pierna izquierda, una calidad muy contrastada, regateaba en una baldosa, y cuando jugaba en la parte de arriba, lo hacía fenomenal.
Medios: José Peñas, la calidad al servicio del fútbol, que elegancia, las dos piernas las utilizaba y en esa media, sus subidas eran tremendamente peligrosas, su disparo magnifico y que jugador mas deportivo, pudo jugar en categorías superiores.
Ramón Gallardo, Ramoncín, corría y corría por todo el campo, robando y robando, una fuerza extraordinaria, su toque preciso y su pase último era ese puntal de cara al gol, pese a su corta estatura, iba de cabeza fenomenal,un gran medio centro.
Delanteros: Antonio Palacios, jugador de raza, un extremo muy rápido, luchador infatigable, su disparo su mejor arma, junto a su calidad técnica.
Luis Solano, muy técnico con ambas piernas, gran regate, y enlazaba con sus compañeros muy bien, gran pegada y un jugador hábil.
Paco Tamayo, un nueve a la antigua usanza, gran goleador, ese espacio en el área era suyo y jugaba de espalda, de escándalo, su disparo era sinónimo de gol hizo muchos y de distintas facturas,un pedazo de delantero centro.
Manuel Romero, Manolo de las casas baratas, como se le conocía en el fútbol, que jugador, que pulmones, como trabajaba y como llevaba el balón pegado a sus piernas, una calidad técnica muy depurada, en fin, un gran pelotero e inolvidable jugador.
Amador Pozuelo, un extremo izquierdo, con una gran regate, muy bien situado siempre, grandes centros los suyos desde la banda, y muy peligros en sus estradas desde atrás.
En esta foto falta, Antonio Cobos, nuestro “CHATO”, que medio en ese centro del campo, como tocaba y tocaba la pelota, que centros medidos a ambas bandas, su disparo desde lejos tremendo, y cuando llegaba con el balón controlado, el peligro era constante,un jugador que pudo alcanzar la gloria deportiva,en el juego aéreo era muy bueno.
Por este equipo también pasaron otros, caso de Agustín el Sastre, un extremo valiente y con un carrera tremenda, otro jugador de raza.
Todos apenas alcanzaban los dieciséis años, pero su fútbol era muy vistoso y de una calidad muy buena, de verdad, todos ellos grandes futbolistas, muy bien dirigidos por ese entrenador MANUEL MORENO, y su ayudante ROMÁN RUIZ, ambos supieron darle a estos muchachos ese tono especial de que fueran buenos jugadores y grandes personas, y de eso quedó constancia en aquellos bonitos años de esa preciosa década, años que sirvieron para arraigarse a esa bonita amistad y que hoy es latente y sigue viva gracias a Dios.
Termino, diciendo, gracias por hacerme muy feliz viendo esos partidos y que tanto nos dejasteis.
Daniel Solano Sújar (Danielillo).