11 de septiembre de 2017 | Daniel Solano
Pablo, Antonio y Ernesto, tres grandes eléctricos
Cuando uno tiene que comentar lo vivido por cualquier familia belmezana, siempre intento por todos los medios ajustarme a la realidad, en esta vida cotidiana de nuestro pueblo, hemos tenido siempre a grandes personas que dignificaron sus oficios, ellos aprendieron en grandes talleres y mas tarde lo plasmaron en esa tarea del cada día.
Quien no ha visto a PABLO y su hermanos ANTONIO y ERNESTO, subidos en esos largos palos colocando aquellos cables de enganche de la líneas de electricidad, cuantos años trabajando en la empresa eléctrica belmezana, los dos primeros se jubilaron en ella, el más pequeño en la empresa Encasur, tres profesionales como la copa de un pino.
Cuanto de pequeño en esa avenida de la constitución, los veía colocando los palos de luz, era sinónimo que se acercaba mi feria, esa feria que tanto nos hizo felices a todos los belmezanos, ellos subidos en los palos, mientras otros operarios hacían esos hoyos para su colocación, aquellas luces de colores, que resaltaban en plena feria, ahí junto a la caseta del casino, y en ese parque adornando ese quiosco de los músicos, que tiempos más bonitos, eran tiempos de la caseta del Cordobés, hoy caseta municipal y donde se encuentra el polideportivo Antonio Cobos, esa pista del casino, que bailes de noche, toda la gente engalanada y esos matinés, que disfrute de ese pueblo, de ese rincón belmezano que tanto nos hicieron felices.
Estos hermanos eran esos hermanos cercanos, y la verdad otro ayudante ese Miguelito el eléctrico hacían esa terna de grandes profesionales del oficio, el tiempo va pasando y ahora ya lleva un tiempo jubilado, PABLO nos dejó hace ya unos años, pero su recuerdo siempre estará presente, otra generación de ellos, están ahí ahora les toca a ellos, durante mucho tiempo, llevan realizando ese gran trabajo en la Empresa Eléctrica Belmezana, esos genes están muy bien soldados, tanto PEDRO PABLO como su primo ERNESTO, ha hecho un labor digna de elogio, ellos dos dignificaron el apellido PALOMO, y los dos siempre han dejado ese saber estar en este trabajo que tanto han realizado en este nuestro pueblo, este reconocimiento a esos tres hermanos es fruto de una entrega y un trabajo enorme por ir aclimatando a las nuevas tecnologías todo ese gran saber, nuevas tecnologías que hacen que el trabajo sea más constante, siempre los recordaremos como el mismo cariño que ellos nos dieron en cada momento que los necesitamos, sus hijos aprendieron ese lenguaje junto a ellos y la verdad que el pabellón lo han subido al último escalón, por como decía antes esa profesionalidad, que ha ido pasado de padre a hijos.
Como decía al principio de este escrito, hay personas que hacen mas grandes a sus pueblos a través de esa entrega, ese trabajo bien hecho y esa maestría en sus funciones, hoy este escrito lo hago extenso a otros compañeros de trabajo, que también son dignos de este reconocimiento, FELIPE LÓPEZ y otros, y la verdad que me siento muy feliz, por haber tenido esa oportunidad de verlos en directo en esos menesteres suyos y con esa calidad humana que lo iban haciendo.
Antes de terminar, quiero agradecer a todas estas personas, ese trabajo comedido, entregado y con ese talante que hicieron de ellos, que todos lo belmezanos los recordemos con el cariño que se merecen.
Gracias, Pablo, Antonio y Ernesto, y gracias a todos los demás por estar ahí en ese servicio necesario para nuestro pueblo, gracias por todo lo que nos diste y que fue mucho.
Gracias de todo corazón desde esta ciudad de Madrid.