29 de julio de 2017 | Daniel Solano
La simpatía por presentación
Bueno la vida social y cotidiana de nuestros pueblos, te dejan abierto una cantidad de recuerdos imborrables, esos tiempos son siempre recordados y al mencionarlos, te lleva a la nostalgia y la verdad si uno recuerda ,vive, y eso es lo mas importante.
Cuando has tenido la gran oportunidad de vivir en un núcleo bastante halagador, donde todos sus vecinos eran amigos, aunque la cantidad de vecinos era muy importante, esos años sesenta, setenta y mas adelante, aunque las expediciones de muchos belmezanos ya la estábamos sufriendo, el pueblo aún estaba vivo, y sólo con cerrar lo ojos y recordar, te vienen a la mente todos esos sitios, donde había una cantidad de pequeños comercios alrededor de esa plaza de abastos, esa plaza de nuestra iglesia, con todas esa mesas puestas, y esos grandes paraguas grandes abiertos, vendiendo toda esa fruta y hortalizas, era un clamor, Belmez, con una cantidad de vecinos que subían para esa plaza a comprar a diario, sus necesidades para su casa, ahí en esa plaza habido de todo, y hoy quiero hacerle un reconocimiento por todo lo que nos dio, durante muchos años, VICENTE GÓMEZ, con esa puesto de melones y demás, esta gran familia belmezana ,nos dejó momentos irrepetibles, cuanto personas trabajaban para Vicente, Andrés, Manuel Cabanillas, su hermano Pepe, y bueno otros chavales que le ayudaban en esos menesteres, todo esto tuvo una persona que siguió de cerca todo el movimiento de su queridos padres, MARICARMEN GÓMEZ, hija de Vicente, y la verdad entrañable en todos esos años que estuvo al frente del negocio de su padre y con el cariño y la dulzura como atendía a todos los belmezanos que se acercaban a comprar, el recuerdo es constante y ella dejó en nuestro pueblo ese sello de un comportamiento ejemplar en esos nunca olvidados días de ese trabajo ejemplar.
La vida va pasando y a veces hay que buscar la estabilidad económica en otros sitios, BELMEZ, va sufriendo una parada tremenda de empleo y hay que salir, y bueno, cada uno busca lo mejor para sus familias, como muchos otros MARICÁRMEN GÓMEZ, sale de nuestro pueblo y se instala por la provincia de Castellón, allí también hay otros belmezanos, y su vida como la de los otros, empieza a funcionar, han pasado ya algunos años, pero ella siempre estará en el recuerdo de la gente de su pueblo, ella dejó esa gran impronta de un persona maravillosa y una amiga de las de verdad, ya para terminar decirle, que me ha alegrado mucho el haberte visto a través de esta red social que nos mantiene vivos y unidos a todos los belmezano, y que te deseo lo mejor junto a tu familia.
Gracias MARI, por todo lo que nos diste y que fue mucho, en todos esos años de trabajo en nuestro pueblo y que siempre te recordaremos con el mismo cariño que tu siempre nos diste.
Desde esta ciudad de Madrid, un fuerte abrazo de todo corazón.