Siempre admiré esta profesión, siempre sentí mucho respeto por el docente, cuando naces en un pueblo, donde siempre hemos tenido unos grandes profesores, desde tiempos remotos, es señal que algo se hizo muy bien, en toda casa las conductas eran las mismas por parte de nuestros padres, la figura del Maestro y Maestra, era una pieza fundamental para la formación nuestra y el respeto y la atención hacia ellos, era siempre esa tarea por parte de nuestros progenitores, BELMEZ, a lo largo de su vida, hubo muchas y distintas escuelas, y academias, y la verdad que eso siempre se noto en esa formación de todos aquellos que tuvimos esa gran suerte de tener a todos estos maestros y maestras.
He dicho anteriormente, que esas escuelas fueron parte muy importante, en esa deseada formación, he visto a personas muy mayores en las décadas de los cincuenta-sesenta, trabajando en distintas ocupaciones, y la mayoría sabían escribir, Belmez, en esos tiempos de la República, había una maestra que en esos años, eran muy querida por todos los niños y niñas, que acudían a esa escuela en el Ayuntamiento. Doña María Lagares, era una mujer muy avanzada a su época y en esos años, hizo un servicio genial en esa formación de aquellos niños y niñas de la época citada.
Han pasado tiempos y tiempos, hubo docentes maravillosos que fueron parte muy importante en la vida cotidiana escolar, han sido muchos los que entraron en Magisterio, algunos empezaron su prácticas en nuestro pueblo, muchos se quedaron, otros lo hicieron en otros pueblo y ciudades, pero todos lo hicieron de esa forma genial, dándole a sus alumnos, lo mejor de ellos y ellas para esa necesaria formación.
He conocido a muchos de ellos y ellas y todas siempre han dejado, ese amor a esa carrera, Belmez, puede estar muy orgulloso de todos sus maestros y maestras a lo largo de la vida social y cotidiana, hoy en la actualidad, sigue esa misma ilusión a la hora de compartir momentos importantes con los alumnos, todos ellos y ellas son dignas de estas líneas llenas de cariño, hacia su profesión, este pequeño reconocimiento, es por esa grandes labores en esa formación importante para el desarrollo de esa comentada y cada mas importante formación.
Mi pueblo, puede estar muy orgulloso de sus maestros y maestras, un pueblo culto, es un pueblo que marcha, y eso se deja notar, en aquellos momentos donde uno empieza a solucionar su vida, buscando ese trabajo que te permita, ir para adelante y todo estos es mucho mejor, si ya has adquirido esa formación a pesar de la dureza de cómo esta la situación en nuestro país,en referencia al trabajo determinado.
Antes de terminar, quiero decir que me siento muy orgulloso de todos esos profesionales belmezanos y belmezanas, y aquellos que eligieron nuestro pueblo, para realizarse como MAESTRO Y MAESTRA, todos ellos dejaron y dejan esa gran labor didáctica, que siempre lo agradeceré, felicidades a todos y todas los que eligiste esta bonita y entrañable profesión, Maestro y Maestra, bella palabra.
Desde Madrid, con todo mi cariño.