5 de julio de 2017 | Daniel Solano
Vestigios de nuestro pasado, esa piscina de Canalejo
Hay tiempos que se quedaron en el alma, y en la memoria de todos aquellos que tuvimos esa gran suerte, de disfrutar de ese bello lugar, junto al frenesdoso.
Corrían los años sesenta, el Alcalde de Belmez, al llegar al Exmo. Ayuntamiento de Belmez, empieza a trabajar con ilusión, y se empieza a mover una feliz idea de hacer una piscina pública, esa idea fragua en todas las asociaciones belmezanas, en una de ellas, la OJE, en ese momento, todos los chavales, íbamos a ayudar, el tema era muy costoso y toda ayuda era necesaria, me acuerdo, que Adelardo Montero Rios, nos llevaba en su camión, aquél camión que él lo tenia para su trabajo, ese reparto diario de cervezas y coca colas, lo prestaba en esas ocasiones, para como he dicho ayudar, fue un tiempo inolvidable, esa piscina caló muy adentro de todos los belmezanos, la verdad, ese referente de nuestro “Chorrero”, nunca dejó de insistir en todos lo nacidos en Belmez, ese lugar, está muy arraigado en nuestros corazones, ahí aprendimos casi todos a nadar y esos días pasados fue todo un espectáculo el poder bañarse en esas suyas aguas, el Chorrero es algo muy nuestro y siempre estará con nosotros.
Después de un tiempo de obras, ese edificio se le empezaba a ver la luz, que alegría para todos, cuantos viajes andando, con el bañador en la cabeza para soportar aquellas temperaturas, y cuando ya subías la cuesta del ventorro, ya empezaba a sentirse uno mejor, nosotros, que estábamos acostumbrados a bañarnos en ese comentado lugar, el ver esa piscina ya casi terminada, con esos trampolines, y esa agua cristalina, que salía constantemente de ese chorro grande, y todo alrededor con esa arboleda, esos dieciocho de Julio, era una verdadera fiesta, como se ponía esa piscina, muchas personas de el pueblo hermano, Peñarroya Pueblonuevo, y cuantos viajes daba aquella bañera, que nos traía desde la Plaza del Santo, cada media hora, o cada hora, la piscina era la novedad, llegabas por la mañana y los rayos del sol, te dejaban marcados en tu piel, esos signos, y a veces, esas quemaduras dolían y dolían, esa piscina fue un referente en esa época, cuantas actuaciones los fines de semana y acudíamos a divertirnos, había mucha personas que se quedaban hospedados en el hotel, una vez terminado, y ese salón y esa barra que en esos veranos se llenaba hasta los topes, la verdad un conjunto de turismo, muy importante para la zona, en invierno había muchos cazadores que se quedaban ahí, tras las monterías de rigor, esas jornadas en feria de ese tiro al plato, venían personas de todos lados a competir, la verdad que ese lugar fue un sitio, que siempre lo recordaremos, esa piscina de nuestro Alcalde perpetuo, dejó entre todos los belmezanos y pueblos colindantes una impronta inolvidable.
Han pasado lo años y años, y uno mira para atrás y en nuestra memoria y recuerdo, nunca dejará de estar este lugar, esa piscina marcó a muchos belmezanos y otras gentes que nos visitaban, la verdad el sitio es admirable y la verdad es una verdadera pena el no haber podido restaurarla, creo que es un lugar privilegiado y que ahora con ese pantano, podría paliar a través del turismo algo de paro de nuestra zona, estos vestigios del pasado, se fueron, pero aún son historias vivas de nuestro pueblo, de nuestro Belmez, y eso siempre lo llevaremos con nosotros.
Ojala a alguien se le ocurra esa feliz idea de recomponer todo ese espacio, y que de nuevo, vuelva a estar más cerca de nosotros, como en tiempos lo estuvo.
Son tiempos muy difíciles y complicados, pero nunca bajaremos los brazos ante esta posible reconstrucción.
Belmez, necesita de todo, y porqué esto no puede ser una muy buena alternativa.
Espero y deseo de todo corazón que el rumbo de tanta emigración, quede paralizada y encontremos entre todos, esa salida al mercado laboral, que nuestro pueblo necesita.
Desde Madrid, un abrazo enorme para todos mis paisanos y amigos.