22 de mayo de 2017 | Daniel Solano
Calle Córdoba mía, como te pones, los domingos y fiestas de refregones
No has nacido en Belmez, si esta frase no te recuerda a algo muy nostálgico, algo que era de mucha alegría, esa calle llena de comercios y vida, esa calle que todo el mundo, se ponía sus mejores galas para pasear por ella, esa calle que si hablara ,diría de la cantidad de romances vividos a través de los años, una calle, que siempre estará en el corazón de tanto belmezano, presente y ausente, una calle que forma junta a las demás, un pueblo muy querido y que siempre se quedó en las entrañas de todos los que tuvimos esa gran suerte de nacer bajo ese referente que desde las alturas nos vigila y nos cuida constantemente.
Tiempos muy recordados por todos, ese casino el Gimnasio, cuantos bailes y fiestas de fin de año se organizaron ahí, el casino de los señoritos como se les llamaba por esas fechas, esa caseta en el real de la feria, también marco la vida de esta sociedad, ese Gran Bar, anteriormente se formaban esos bailes y venían esas grandes orquestas, la Bora Bora y otras, donde hoy está nuestra Residencia de Ancianos, ese local que todo belmezano paso y pasa por él nuestro Gran Bar, muchos años sede del equipo de fútbol local, nuestro Recre, y cuantos bailes de fiestas, noche vieja, verbenas y todos esos sábados ,de la mano de Francisco Cerrato Rubio, cuanta vida le dio al pueblo este local.
Ese Bar Pepe, esas gambas a la plancha, esos pajaritos fritos cuando se permitían, y esos flamenquines, calamares y otros, de la misma manera, que esa cocina de Luis Ramírez, q.e.p.d. y ahora de nuestro amigo Eugenio.
Esas verbenas con aquellos grupos de los años setenta, Veloces e Imperiales, algo nunca olvidado, esa repostería de helados de Juan Jiménez y María, que coyotes, que helados de turrón y de vainilla, y bueno esas horchatas, desde ese puesto en dirección al cine de arriba, cine del gallo, cuantos recuerdos y cuanta nostalgia vivida que nunca olvidaremos, esa dulcería de la familia Agredano, que dulces y que buenos estaban, la verdad que esos paseos de esa calle nuestra era todo felicidad, ese puesto de Cleto Cerrato Moreno, que personaje, cuanta vida le dio a la calle Córdoba, a través de ese puesto ,esos cangrejos ,esos bichillos, en aquellos cartuchos, esas almendras fritas, esas trufas, y bueno ese tabaco de marca, que los iba vendiendo poco a poco, ese lugar marcó una época de nuestros pueblo, esa calle llenita de jóvenes paseando y paseando y desde ahí para el cine de verano, y de invierno, según el tiempo, y la verdad que esa canción de calle Córdoba mía como te pones….la verdad con que tan poco fuimos todos inmensamente felices, Belmez, en esos tiempos nos marcó a todos y hoy por donde estamos siempre lo recordamos con el cariño que este nuestro pueblo se merece.
Esas tiendas, ese Amador Agudelo, Ballesteros, Cabrera, Calzados Capri, después las Vegas, Borrallo y hoy también abierto, esa dulcería, esa sastrería de Navarro, ese Rafalito Muñoz, tejidos y novedades, la oficina de correos y telégrafos, Los Pepitos,Lo Juanes, ese bar de Margarita Repiso, esa central telefónica, ese estanco de la familia Carvajal, esa tienda de comestibles de la Visi ese despacho de pan de los Resecos, ese almacén de coloniales de Manolo Moreno y Gerardo, bueno y algunos mas, que ahora mismo no me viene a la memoria, pero a ella si me llega ese feliz tiempo, esos días de juventud, de los que disfrute enormemente, ese nuestro ayuntamiento y ese añorado colegio de las monjas, también un comedor social, junto a la tienda de Angelita Aranda, ese centro donde Rafael Narvaez Rafalito el ciego y D. Alejandro Gala, enseñaban esas partituras a todos los aficionados a la música, banda municipal y rondalla, cuanto grandes momentos no dieron estas dos personas en cuanto a esa cultura musical.
Bueno, fueron otros tiempos, pero también sentimos ese cariño por lo nuestro, y como no puede ser de otra forma, nunca dejaremos de recordarlos, BELMEZ, siempre mereció la pena, BELMEZ, es nuestras señas de identidad y siempre las será, Belmez, algo muy nuestro, BELMEZ, somos todos y todos somos BELMEZ.
Con mucho cariño, desde Madrid, a todos mis paisanos emigrados por todo este ancho mundo y para todos mis paisanos que viven en ese bello lugar llamado Belmez.