18 de mayo de 2017 | Daniel Solano
Una mujer comprometida y servicial
Nunca dejaré de admirar a esas personas que con su forma de acercarse a los demás, son dignas de los mayores reconocimientos, personas que son siempre dispuestas en la ayuda a todo el mundo, su casa abierta para todo y un ejemplo de trabajo y compromiso muy agudizado, ya que ella, es portadora de esos dignos valores, valores que por desgracia se van perdiendo y perdiendo, hoy es mas complicado el estar pendiente de otras personas, este mundo no lleva por unos derroteros que nos hacemos mas independientes y esto en los pueblos, aún no se nota tanto, pero ese recuerdo de esa amistad entre vecinos, se van distanciando un poquito, Dios quiera que no se deje de querer al vecino, al amigo, eso nunca nos lo podríamos perdonar.
En este articulo, quiero dedicarle unas palabras a una persona, muy querida por toda mi familia, ya que nuestra amistad data de muchísimos años y ella siempre tuvo ese gesto de amor y cariño hacia mis padres, Marcelina, Mi madre y mi tía Flora, la querían muchísimo, desde muy joven, cosía junto a mis primas Emilia y Pepi siempre que llegaba a mi casa en las casas nuevas era una delicia el poder pasar con ella esos ratos, que los recuerdo con el cariño que ella se merece.
CARMÉN MOHEDANO, es esa esposa y madre que tan dignamente lleva sus tareas, y que en sus genes lleva impregnado el sello de trabajo y trabajo, cuanto lo hizo, cuando llevaba la parte de los fallecimientos de Belmez, a través de la funeraria, con que calidad humana trataba estos dolorosos casos, siempre pendientes de esas familias en esos óbitos, y siempre ese apoyo a todo el mundo, ella era una parte muy importante en todo lo que rodeaba el acto luctuoso y siempre como he dicho de esas familias, me acuerdo perfectamente como ,pasaba por el juzgado, para asentar esos fallecimientos, a los que de inmediato Paco Daza tomaba la nota oportuna y se iban narrando todos esos sepelios, de verdad el tiempo que estuvo en esa funeraria belmezana dejo esa gran impronta de un servicio ejemplar y como no puede ser de otra forma, desde estas líneas quiero agradecérselo de todo corazón.
La vida pasa y pasa, y bueno la vida va cambiando y cambiando y Cármen, ya lleva una vida mas tranquila, con ese feliz rejuvenecimiento que les hace, cuando ve a sus nietas y esa parte de su vida que la llena con su esposo Vicente con sus hijas e hijo.
De verdad, estos momentos son días de completa felicidad y en esto esta gran mujer, en toda su vida ha sido una continua entrega en la lucha por su familia, Cármen, es el prototipo de esas madres luchadoras, trabajadoras y que siempre tiene un gesto educado hacia sus paisanos y amigos, antes de terminar, quiero decirle que siempre le agradeceré ese cariño y afecto que me profesa y que es reciproco por mi parte, ya que siempre te agradeceré todo el cariño que le diste a mi querida MADRE ,tanto cuando estaba en su casa, como cuando estuvo en la Residencia, con tus continuas visitas.
Te sigo queriendo como el primer día, y siempre lo haré CÁRMEN MOHEDANO.
Desde Madrid, un fortísimo abrazo para ti y para tu maravillosa familia.