Una de las principales virtudes de la personas, es siempre la sonrisa, ella es a veces la portadora de grandes amistades que se llegan a fraguar, gracias a ese recibimiento, pienso sinceramente que la sonrisa abre esa puerta que a veces crees que es difícil abrir, pero que ella te incita a estar mas tranquilo y encontrarte mas seguro.
Esto siempre lo vi en una persona, en un gran profesional de la hostelería, nunca dejaba de sonreír cuando se acercaba a la mesa donde estaba sentado, para hacer su servicio de camarero en el bar suyo, o donde en ese momento trabajaba, RAFAEL MONTERO, es esa clase de persona que al conocerla y tratarla, siempre conectas con él, su trato es muy cariñoso y atento y nunca deja de pasar ese momento del saludo agradable y esa gran disposición en ese suyo trabajo.
Siempre admire a todos esos grandes profesionales de la hostelería que dejan esa impronta y ese bello recuerdo en la mente de todos sus clientes, RAFAEL ,siempre apostó por su pueblo, desde su llegada a Belmez, tuvo varios locales, donde atendía las necesidades de los belmezanos, toda esta familia, estuvo muy ligada a nuestro pueblo a través de sus aportaciones, RAFAEL, después de esa tienda en la calle Pedroche, también llevo los designios de la barra y resposteria del casino el Gimnasio, ahí hizo un trabajo genial, la familia Montero, estuvo muy ligada en esos trabajos de atención al público, en esos años del PUB COZI, cuanto buenos ratos nos llevamos ahí, esa buena música y un ambiente muy agradable, tiempos y tiempos que siempre recordaremos con el cariño que se merecen.
Rafael Montero y toda su familia nos dejo ese bello recuerdo, y siempre los tendremos con nosotros.
La vida pasa y pasa, y con tantos cierres de explotaciones mineras, las gentes joven, salen en busca de mejoras laborales, y bueno el ritmo de vida de nuestro pueblo, pues sinceramente va bajando, pero esto no es óbice para estar al lado de las personas que apuestan por su pueblo y montan nuevas estructuras de vida, esperando que poco a poco todo se vaya solucionando.
Desde estas líneas, quiero hacerle un reconocimiento a su labor diaria en esa faceta suya de, ese saber estar, ese cariño en la disposición, en la funcionalidad de ese inmejorable trabajo y trato con los clientes, como RAFAEL siempre hacía, han sido muchos años, muchos con esa bandeja y con esa sonrisa para todos y ahí en ese espacio Rafael dejaba esa nota muy alta, y brillaba con luz propia en el ejercicio de sus funciones, ya termino dándole las gracias por todo lo bueno que nos diste en ese inmejorable trabajo, gracias RAFAEL, de todo corazón.
Desde esta ciudad de Madrid, un fortísimo abrazo para ti y para toda tu maravillosa familia.