4 de abril de 2017 | Daniel Solano Sújar
Su fútbol dejó esa gran escuela
Debemos siempre recordar esos momentos de fútbol vividos en nuestra comarca, en aquellos años que la dureza de la vida debido a esos trabajos duros, de esos días de bajada a la mina, a su interior y bueno no saber lo que iba a pasar en cada momento, las nuevas tecnologías de interior y exterior fue cambiando y ahí en el cuerpo a cuerpo con esos duros frentes de carbón y de ese gas traicionero ,ese grisú ,que se llevó con todo dolor a muchos de nuestros paisanos, la mirada y el miedo siempre nos acompañaba, eran como he dicho tiempos duros, muchos de estos, con apenas tiempo de echar esa siesta y lavarse su cara de ese polvo que se metía en las entrañas, se iban corriendo a seguir corriendo más y más en ese campo de fútbol, otros lo hacían en el campo, arando y arando, con ese calor tremendo y a veces con esas inclemencias del tiempo, ese campo, esas jornadas tempraneras tirando de los animales para hacer ese surco, recto para luego la implantación de esa siembra, jornadas duras y sin descanso ,a veces desde ahí a la caseta o aquella “Rubia”, ese camión que los trasladaba por esas carreteras a jugar con equipos de nuestra comarca, de nuestra provincia y de Córdoba capital, sin olvidar también esas provincias de Granada y de Jaén.
Hoy con motivo del acercamiento de esa bella fecha del mes de Junio, desde donde se empezará a homenajear a este gran club por sus setenta años de vida, el Peñarroya C.F. quiero hacerle un homenaje de cariño a este jugador que junto con su hermano Anastasio, le dieron todo lo mejor de ellos, defendiendo esos colores blanco y azul de nuestro Recreativo Belmezano, el más pequeño de los hermano Fernández, ANTOÑIN FERNÁNDEZ, después de unos años vistiendo la camiseta de su Recre, y por la calidad que él demostraba en el terreno de juego, el Peñarroya C.F., pone sus ojos en él y lo ficha ,en aquellos años, década de los sesenta, ese año que en el mes de Junio del 1960 este gran club, juega la final del campeonato de aficionados de España, ante el Real Madrid, ese equipo, siempre quedó en el recuerdo de aquellos años finales del los cincuenta, habiendo eliminado al Barcelona, y a otro equipo pacense, ANTOÑIN FERNANDEZ, en los años que su puso esa camiseta roja a la orden del entrenador García, dejó un bello recuerdo en ese fenomenal equipo de los Noriega, Parrilla, Lahoz, Pepín de las Nieves y otros excelentes jugadores, Antoñin junto al Boni, formaron una media de una calidad impresionante, llegando sus actuaciones a oídas de clubs grandes, Antoñin, estuvo probando con el Atlético de Madrid, y no se quedó en aquellas fechas duras, porque en su casa y en su campo a sus padre le hacía mucha falta, y él decidió venirse ,ya que como comento, era el sustento familiar sus terrenos. La vida pasa y pasa y entonces llegan los cierres de trabajo y Antoñin Fernández como mucho otros emigra a la ciudad de Barcelona, e ingresa en la fábrica de coches SEAT, allí, sigue ejerciendo su afición al fútbol y juega unos cuantos años en el campeonato del grupo de empresas, pasando más tarde a llevar los designios de entrenador de esa actividad deportiva de la fábrica.
Antoñin como no podía ser de otra forma, cuando trabajaba volvía a su tierra todos los años y una vez jubilado se pasaba grandes temporadas en su BELMEZ, su pueblo al que siempre lo quiso y quiere con locura.
Ahora en estos momentos donde todos tenemos secuelas de salud, es más difícil el seguir ese ritmo de vida, pero él en su interior y desde la distancia, siempre lo tenemos en nuestros recuerdos, ANTOÑIN, ha sido y es un icono para muchos de nosotros y de él aprendimos mucho, todas esas tardes que estaba en el pueblo, todos los días, acudía a su JUAN CORTES MORA, su campo de futbol, este nuestro y el de CASAS BLANCAS, los tiene constantemente en su recuerdo y en su vida, ANTOÑIN FERNANDEZ, es esa clase de persona que amó a su Recre y a su Peñarroya C.F., dejando siempre esa impronta de una persona muy comprometida con los colores que vistió.
Gracias ANTOÑIN, por todo lo que nos enseñaste y nos diste siempre, gracias de todo corazón.
Desde Madrid, un fortísimo abrazo.