En la vida cotidiana de nuestros pueblos, siempre hay personas que por su forma de ser, conectan rápidamente y dejan esa gran impronta de una persona exquisitamente educada, y por donde ha pasado por motivos de estudios y motivos profesionales, dejó esa calidad de buena persona a la que se le añora y se le quiere.
Conviví con él muchos momentos de juventud en nuestro pueblo en aquellos año sesenta-setenta,el deporte nos unió mucho mas y la verdad, que en esos aspectos deportivos se manejaba fenomenal, cada vez que venía de vacaciones, se organizaba algún partido de baloncesto, en esos años, en Belmez el deporte favorito era el fúbol, ese campo con sus tapias caídas, cantidad de chavales bajaban por esa carretera de la estación, a correr detrás de ese balón y la verdad que el fútbol ponderaba por aquella época, y el baloncesto y balonmano iba llegando poco a poco.
A través de la OJE, hicimos un equipo de fútbol llamado el Bailén, donde en ese tiempo nos quedamos campeones, a la vez seguíamos a este belmezano, que como decía al principio nos iba metiendo ese gusanito del baloncesto, me acuerdo ,que al principio entrenábamos en el colegio de las monjas en el patio, allí se coloco una canasta y bueno íbamos entrenando, y Manolo Moreno nos iba enseñando poco a poco, mas tarde, hicimos un equipo donde se jugaba los partidos en el cine de arriba, nos compramos unas camisetas verdes con tirantes y allí ya se veían grandes jugadas de esos muy buenos jugadores, de los que destaco dos, Carlos Quinto, por su elasticidad y José Carlos Arias Carvajal, este último cada vez que venia, se preparaba ese partido de baloncesto y este deporte ya iba poco a poco entrando entre los mas jóvenes de nuestro pueblo.
En esos tiempos, el Peñarroya o.j.e, tenía su equipo de baloncesto ,donde el amigo Manolo Quesada, Alarcón y otros dejaban en esas pistas su buena formación, de la misma manera que el equipo de balonmano o.j.e. un equipazo, Ernesto, Angelin ,Orive, competían a un nivel alto, diría yo muy alto, sólo en Córdoba, en ese polideportivo, esos grandes equipos de Córdoba, le ganaban y no siempre correctamente.
En Belmez, nuestro equipo de balonmano O.J.E., empezó a rodar, se hizo es campo en el anexo de entrada en el campo de fútbol, también se jugó algunos partidos en la plaza de toros, pero en el estadio se vieron grandes encuentros, ahí José Carlos Arias, era un fenomenal jugador, de la misma manera que el Viki, Antonio García Rodríguez, y esos buenos porteros, Paco Cámara y el Lolo del jardin, de verdad hubo enfrentamientos contra ese equipazo de Peñarroya O.J.E., y les costaba mucho ganarnos.
José Carlos Arias Carvajal, siempre fue ese belmezano, del que me sentí muy orgulloso de su amistad, su arraigo a su pueblo y gentes es una asignatura mas que aprobada, siempre que tengo la oportunidad de verlo, me encanta saludarlo, los dos vivimos grandes momentos de juventud y mi admiración por él siempre fue muy justa y ganada a pulso, ya que José Carlos, dignifico siempre esa condición de belmezano, por donde pasó y eso es muy grande, hay personas que hacen grandes a sus pueblos y ésta es una de ellas, el tiempo pasa y cada vez mas deprisa, pero esta amistad que me une a esta persona, nunca decaerá, la vida cotidiana nos unió y de la cual me siento muy orgulloso de ello, y como siempre digo, gracias José Carlos, por todo lo que nos diste siempre a todos tus amigos de esa forma desinteresada y ejemplar.
Desde Madrid, un abrazo fortísimo.