9 de enero de 2017 | Daniel Solano Sújar
Esa bota izquierda
Un día un entrenador me dijo, según miro y observo cómo se abrochan las botas, ya sé que ese jugador o aquél, sabe de lo que va esto del fútbol, a veces para algunos son como un ritual, hay mucha clase de jugadores que adoptan algunas iniciativas a la hora de saltar al campo, unos rezan, otros se colocan esparadrapos en sitios, que dicen ellos les trae suerte, otros empiezan por pisar el campo con la pierna izquierda y otros se colocan esa cinta para sujetarse el pelo, bueno, son costumbres que a la postre en sus creencias, piensan que le da resultados, y así salen confiados, y eso por lo menos le da esa confianza que ellos lo dejan en ese terreno de juego, y la verdad, que a lo largo de mi vida deportiva, he visto a muchos y han sido parte importantes en las victorias en esos partidos.
En todo esto lo más importante es el convencimiento que uno debe de tener siempre, a la hora de saltar al campo de fútbol, y creerte que eres superior al contrario que te marca, pero siempre dentro de la humildad, tu juego debe de creer miedo al equipo contrario, dejando ese ambiente de peligrosidad en cada jugada, así de esa forma, ese entrenador del equipo contrario le harás llevar muy difícil esos minutos, y con tu actuación, se pondrá aún más nervioso en ese banquillo.
Un jugador de este nivel, tuve la suerte de jugar con él, defendiendo la camiseta de nuestro Recreativo, me acuerdo de su querido padre, que en ocasiones cuando me juntaba con él y que siempre fue un placer, ya que era una persona entrañable, ya hace unos años que nos dejó, pero su recuerdo estará siempre entre nosotros, él me decía, Dani, cuida de mi hijo en esos viajes, y dile que suelte la pelota un poco antes, yo le decía, no te preocupes Juan, él sabe cuidarse, y así era, su hijo ANTONIO JARILLA CASTRO, era uno más de ese núcleo de jugadores que le dieron al Recreativo Belmezano, un nivel futbolístico digno de mencionar, ANTONIO, esa banda izquierda, era su espacio, ahí con esa gran calidad en su regate, esa explosión en su carrera, con esa pelota pegada a su pie, y con ese gran toque, hacia que su marcador lo tuviera muy difícil, he visto, desde ese centro del campo, salir hacia el marco contrario, y pegar ese zurdazo de una forma bestial, y marcar goles de época, por esa gran pegada.
Siempre se han comentado, que los zurdos, tienen una manera de controlar el balón, que son muy difíciles marcarlos, ya que esa pierna se convierte en una mano y ahí con esa calidad es muy complicado, sujetarlos.
ANTONIO JARILLA, en sus años que estuvo poniéndose esa camiseta, la supo respetar, la supo dignificar, e hizo honor de ser un futbolista, que en su alma estaba el escudo de su pueblo, la verdad, la vida pasa y todo termina, pero en los anales de la historia de este club ,su nombre estará para siempre en esta ya dilatada vida deportiva de este club.
ANTONIO, ya en su vida laboral, que a pesar de su aún temprana edad, ya lleva muchos años de profesión, después de trabajar por toda España, hoy se encuentra fuera de nuestras fronteras, trabajando en ese ferrocarril, que un día, será ese transporte importante en la vida de ese país, y me siento muy orgulloso de ti, porque tu formación, que un día decidiste formarte en esa escuela Politécnica, orgullo de todos los belmezanos, ha dejado patente lo que ha significado para ti y para muchos más, esos niveles de formación que esa escuela ha impartido durante tantos años y que ha quedado demostrado en vuestra profesionalidad en esos trabajo donde os encontráis.
Ya termino, diciéndote ANTOÑIN, como a mí me gusta llamarte, gracias por todo lo que nos diste con esa bota izquierda y todo ese fútbol que nos regalaste.