Muchas veces he dicho y lo seguiré diciendo, que los genes de las personas, son una parte muy importante en la vida de todos, y esos mismos, saltan en algún familiar, correspondiendo a esa atractiva pasión por el deporte, y eso se da, de padres a hijos e hijas en muchas ocasiones, en la vida cotidiana de Belmez, esto ha quedado más de una vez refrendado y hemos visto como han ido pasando esas mismas aficiones en el seno familiar.
No siempre ocurre esto, pero si hay notoriedad de que suele ocurrir, y la verdad es un placer que así sea.
En el mundo del fútbol belmezano, de estos casos hay varios, bueno, los Cobos, hijos, les sale por sus poros esos genes, todos les gusta el fútbol y todos fueron muy buenos jugadores, su padre es un referente en esto y en todo lo que dice en su expresión, la palabra deportista.

Lo hemos visto y lo hemos disfrutado, por todo lo que nos han aportado en su trabajo como jugadores del Recreativo Belmezano y el padre como jugador y entrenador.

Como he dicho anteriormente, hay varias familias que han sido claro ejemplos de esto, y hoy quiero reconocerle a uno de esos buenos peloteros, que su trabajo fue intenso en todos esos años que vistió esa bonita camiseta de nuestro Recre, antes de seguir, voy hacer una parada, para comentar, lo que dejó en ese campo, este pedazo de gran persona y excelente belmezano, que desde muy pequeño compartimos amistad y gracias a Dios, la seguimos conservando, y esto para mí en muy importante, ya que cada vez que bajo por ahí, y me lo encuentro el saludo es de esos que te salen del corazón, ANTONIO ROMERO, nuestro CANO, como siempre le llamábamos, era un especialista del regate, que calidad, la pelota pegada a ese maravilloso pie izquierdo del que salían, esos regates, esas frenadas, dejando al defensa por los suelos, esa parcela del campo ,en esa zona de la parte izquierda, siempre fue suya, y en las alineaciones, de aquellos partidos de los años sesenta, dejo muy claro ,ese fútbol de alta escuela que él siempre nos regaló, el CANO, era un jugador que siempre le admire, jugamos muchos partidos juntos y los dos nos entendíamos a la perfección, de verdad, fue siempre un placer el haber tenido esa gran suerte, de compartir con él vestuario y camiseta, mi más sincero reconocimiento a su fútbol, por todo lo que nos aportó.

Hoy, como decía al principio, este escrito va dirigido, para agradecerle de todo corazón, ese esfuerzo continuo, esas ganar de subir y bajar, trabajar y trabajar en esa difícil, parcela del campo, ahí en esa área ,donde los grandes se mueven y crean conflictos a los defensas contrarios, este jugador que dignifico esa nuestra camiseta, se dejó el alma, su briega, su lucha ,con esa calidad técnica, con esa valentía, de ese delantero centro que nunca se arruga ,que va de cara, que cuando ha estado en el banquillo, ha estado sufriendo y viendo el partido sin perder ápice alguno, atento siempre al juego y desde el banquillo, haciendo equipo constantemente, eso son los jugadores que me encanta valorarlos, porque en esos difíciles momentos que estás deseando saltar al terreno, para ayudar a sus compañeros, en esa lucha por la victoria, este chico, no es ese jugador que se conforma con estar ahí, este jugador respeta esa decisión, pero su mente no le deja tranquilo, él necesita jugar, y desde luego, cuando lo hizo, dejo esa impronta de un jugador, fuerte, que no rehúye el choque, que va de cara y que su pierna, no la deja atrás, siempre busca esa opción que le pueda hacer ese gol deseado, cuántos goles hizo a lo largo de su vida deportiva, ANTONIO JAVIER ROMERO SOLANA, de verdad, fue un lujo para nuestro equipo que se enfundara esa camiseta blanca y azul.
Hay mucha clase de futbolistas, jugadores que aportan al grupo mucho durante los noventa minutos de juego, sencillos a pesar de su fútbol, generosos en la lucha y en la entrega, grandes pasadores, grandes marcadores y grandes jugadores que en esos minutos complicados saben estar a la atura de partido y llevárselo al lado que mas interese en ese momento, este es el oficio del fútbol y que a veces es muy importante saber hacerlo.

Para mí, ha sido un placer el poder hacerle este escrito a esta maravillosa familia, porque tanto padre como hijo dejaron el pabellón muy alto, su fútbol siempre lo recordaremos, esa calidad de ambos y esa entrega es digna de reseñar y de agradecer.

Ya termino ,dándote las gracias CHICO, como te llamamos mucho los que hemos tenido la suerte de visionar tu trabajo con esa camiseta y esa calidad mas que demostrada en todos esos años que te la pusiste.

Gracias de todo corazón, gran futbolista.