21 de diciembre de 2016 | Daniel Solano Sújar
El número 5 el suyo
En la vida larga del fútbol nacional, habido unos cuantos jugadores de aquellas épocas, de escasa variedad de camisetas de fútbol, pero en todas ellas, el número cinco, era sinónimo de un jugador aguerrido y de un buen porte, entre ellos hubo unos cuantos, que dejaron una escuela entre sus aficiones y en todo el territorio español, por su calidad y su bravura, futbolistas que subieron a la gloria deportiva, por su forma de concebir el fútbol, entre estos, había dos clases de jugadores, el que le gustaba sacar el balón jugado, y con esa forma de tocarlo, en una palabra, acariciarlo, esto lo hacía sencillamente genial, GARAY, aquél central del Athletic de Bilbao, y Santamaría en el Real Madrid, situados siempre y como he dicho antes ,tocando y tocando, luego estaba el central ,ese número cinco, aguerrido, difícil de pasar, rápido en los cruces, como Tarzán Migueli, y el argentino Griffa, uff, dos centrales de tronío, fortísimos y muy entregados en el tiempo que duraban los partidos, noventa minutos a tope.
Ese número cinco en aquellos tiempos, en las casetas, junto con número nueve, eran los dos sinónimos de un gran defensa y de un delantero muy peligroso, así era la concepción que teníamos todos, y sobre todo cuando nos tocaba algunos ponernos esos números.
Hoy, me encanta el poder escribir algo de una gran número cinco ,que supo dignificarlo cuando lo vistió siempre, dejando esa bella impronta y emulando a célebres exjugadores de nuestro RECREATIVO BELMEZANO, caso de Cantero, firme baluarte en la década de los cincuenta sesenta, Chirri, Alfredo y Rivera en la década de los setenta, ochenta, hoy con todo mi cariño, quiero desde estas líneas, definir ese juego de este central de categoría, del que pudimos disfrutar muchos años, vestido de azul y blanco, JESÚS SANTOS MÁRQUEZ, no es fácil, el escribir y decir, que éste jugador, dejo en su tiempo, esa sensación hermosa igualando a esos antes mencionados números cinco, y la verdad que en cada partido, JESÚS ,dejo esa calidad en todas su intervenciones, como he dicho al principio ,esa posición, es muy complicada de estar, y la verdad, este pedazo de jugador, lo hacía de una forma genial ,aprovechaba todas sus funciones, y las llevaba a cabo, estudiando siempre al futbolista, que le tocaba marcar, ahí en ese estudio durante el marcaje, le buscaba a ese jugador, su lado más débil, y ahí le llevaba al terreno que él quería, y entonces su salida con el balón controlado, le hacía desbordar continuamente a ese jugador contrario, siempre he dicho que el fútbol es de listos y uno siempre debe saber cuáles son sus limitaciones, y en esto, JESÚS lo hacía genial, parte importante siempre es, esa adecuada posición en el campo, y ese entendimiento con el compañero de esa zona, y en esa caso, el y Polonio, son una pareja que nos dio unos resultados muy buenos en esa gran defensa belmezana.
Cuando, tienes esa calidad, cuando ,eres un compañero que compartes con el resto ,esfuerzo y entrega, cuando tu calidad técnica, estás más que definida y cuando tu humildad en ese juego, te hace cada día grande, es cuando tu juego lo elevas a lo más alto, porque no sólo con victorias vive el jugador, hay derrotas que te hacen ser mas grande como futbolista, y en esto, en esos duros momentos, hay que saber estar a la altura y apoyar a los más débiles ,esto es fundamental en la formación del jugador, porque el futbolista es un compendio de lucha, entrega, esfuerzo, respeto, valentía, generosidad y esa virtud, que siempre la tuve presente, humildad, todo esto lo he visto en este jugador de nuestro Recreativo Belmezano, y la verdad, que era un placer ver a este nuestro jugador, desarrollar ese gran fútbol que nos regalo, de la misma manera, que en espacios más cortos, en ese nuestro fútbol sala ,lo dejó muy patente en ese polideportivo Antonio Cobos de Belmez.
Para terminar ,quiero darte las gracias JESUS, por ese comportamiento a la hora de defender esa bonita camiseta de ese equipo que tanto queremos todos, y te reitero las gracias por todo lo que nos diste siempre.