En esta vida que nos toca vivir la palabra sonrisa es una puerta abierta a la difícil siempre amistad, está claro que si recibes a la persona con esa sonrisa verdadera, le das ese tiempo para entablar una nueva relación, que a la postre te suele llevar a la consolidación de una futura amistad, por eso siempre he dicho que la persona sonriente tiene mucho ganado en esta vida de comunidad, en esta vida de nuestros pueblos, esa vida cotidiana muy importante en la relaciones cotidianas.

Hoy traigo a este apartado a una persona que desde gracias a Dios la conozco, siempre ha tenido esa gran virtud de sonreír y hacerte agradable ese momento vivido, su carácter es muy abierto y en su lugar de trabajo deja esos bonitos detalles de cariño hacia las personas que atiende, ella es muy generosa en sus acciones, se que en silencio, ayuda a bastante personas, que en un momento la han necesitado, nunca voy a olvidar su siempre actitud, cuando me ha visto por el pueblo, esa alegría que transmite y ese cariñoso recibimiento en la forma de acogerte, ella es una persona muy abierta y la verdad muy autentica, su esposo, mi gran amigo desde pequeño, Miguel, el mejor portero de mis recreos en aquellas escuelas de nuestro parque, siempre en mi pupitre, una persona a la que nuestra amistad nos unió mucho en toda nuestra vida, tiene tres hijos, que la adoran y son un claro ejemplo de esos jóvenes belmezanos arraigados a su pueblo, y eso se le nota mucho ahora a su hija, que se encuentra con su familia en Francia, los otros dos, excelentes exjugadores de nuestro RECRE, ambos dejaron lo mejor de ellos por esa camiseta blanca y azul.

Como he dicho, esta persona es una mujer entrañable, de la misma manera que toda su familia, y ese apellido de Palacios Quintana, lo dignifica cada día, por esa forma de entrega hacia los demás.
MARIA PALACIOS QUINTANA, es esa belmezana entrañable, es esa persona que continuamente te abre sus brazos en todo lo que necesites, de verdad amiga MARI, sólo me queda decirte, que cada vez que tengo la gran suerte de bajar por ese rincón que tanto quiero, ese pueblo nuestro, me encanta encontrarte y saludarte, personas como tu hacen grandes a los pueblos y tú con ese comportamiento tuyo, es un claro ejemplo de cómo tenemos que comportarnos con nuestro amigos y paisanos.

Gracias por ser como eres, y nunca dejes de sonreír, eres un persona muy importante para la convivencia de la vida cotidiana de ese pueblo que no vio nacer, ese pueblo que tanto echamos de menos todos los que estamos fuera y que siempre estaremos a su lado de por vida.
Gracias MARI, por todo lo que nos diste y nos das.