12 de octubre de 2016 | Daniel Solano Sújar
Un futbolista diez
Gracias a la página web infoguadiato.com, y el periódico del Valle del Guadiato, por permitirnos a toda persona quiera exponer algo relacionado con nuestra comarca, la cantidad de actividades que ofrecen todos los pueblos de esta tierra bendita, este Valle del Guadiato, y éste informativo lo abre a diario a ese gran Valle de los Pedroches, y parte de esa tierra pacense, vecina nuestra, es muy agradable leer todo lo relacionado con todo lo nuestro, y sobre todo para aquellas personas que llevan mucho tiempo fuera de la tierra que le vio nacer y que a pesar de todo y de tantos años emigrados, nunca sufrieron ese desarraigo, y eso
se deja notar, en esas asociaciones que resaltan sus vivencias de todos ellos, en ese recuerdo constante a su pueblo, Barcelona, Madrid, Córdoba, y Valencia, son vivos ejemplos de cariño y respeto por estas asociaciones y la verdad, es claro ejemplo, que los años pasan, pero ese amor a la tierra, nunca deja de desaparecer, muchas gracias a los editores de este periódico digital, por subir estos escritos de reconocimiento realizados con todo cariño hacia esas personas dignas de aparecer en esas páginas de este formato.
Hoy como vengo haciéndolo desde hace ya bastantes años, quiero dedicarle unas palabras de futbolista a futbolista, ya ambos retirados, pero que en el tiempo que tuvimos esa gran oportunidad de compartir vestuario, enseguida conecté con él y como con muchos otros, siempre entendí en esto del fútbol, que la amistad es muy importante en la vida de un colectivo, en esos años que soñaba todas las noches, con hacer el partido de toda tu vida, siempre en ese sueño, me veía en el campo abrazando a mis compañeros, tanto en la deseada victoria, como en la derrota, el abrazo era obligatorio, y en esto si vi a un jugador enorme, su calidad era muy contrastada, trabajador innato en el terreno de juego, con una visión en cada momento del partido, sabiendo lo que había que hacer, y muy disciplinado en las tareas que le encomendaban, todo mi respeto para él, por esa entrega en la defensa de la camiseta que supo ponerse, esa camiseta llegaba a la caseta al finalizar el partido, llena de sudor, en esos minutos jugados se dejaba el alma, siempre me sentí muy orgulloso como he dicho antes de vestirme en ese vestuario, y de vivir momentos de gloria en el Recreativo Belmezano, en aquellos nunca olvidados años, de la década de los ochenta-noventa.
Es muy bonito recordar, porque dicen que si recuerdas, vuelves a vivir esos días, de los que fuiste inmensamente feliz, jugando al deporte del fútbol, y claro hacerlo con el equipo de tu pueblo aún más.
Esto me sirvió para darme cuenta la cantidad de muchachos que pasaron por este Recreativo Belmezano a lo largo de su historia, han sido mucho, y este escrito si se lo quiero dedicar, como decía antes, a EUSEBIO RISCO, sé que es algo tímido, pero si se que en ese terreno de juego, siempre dejo de él, ese bello recuerdo entre todos en sus años de jugador, por donde pasó, para mí, reitero fue un honor compartir esos minutos con la blanca y azul de nuestro Recre, y ya sólo me queda decir esa frase que tanto me gusta en esta despedida. Gracias Eusebio por todo lo que nos diste.