La vida te da momentos en los cuales, te alegras mucho ver como te tratan, esos profesionales de la hostelería, y también en este caso, personas que acuden a trabajar, por horas y días y que dejan ese gran sabor en sus funciones laborales, son personas que, sin llegar a ser como comentaba antes, profesionales de este gremio hostelero, no tienen el porqué envidiar a los anteriores, ellos llegan con ese respeto y esa gran disposición, y te dan lo justo, un servicio digno y un trato correcto en su forma de trabajo.
Me encanta valorar a esta clase de personas, se lo mucho que se esfuerzan en su trabajo y son muy dignas que se les haga ese reconocimiento de agradecimiento, porque pienso sinceramente, que ellas con cargas familiares y llevando una casa, con todo lo que supone esto, saben aún darte ese cariño, en ese trato diario cuando te atiende en el lugar donde en ese momento esté trabajando, la he conocido desarrollando este trabajo de camarera, y tanto en la piscina, como en el Gran Bar, siempre le he visto ese detalle de saber estar, se que es una luchadora, lleva mucho tiempo agarrándose a todo lo que le sale y lo hace de esa forma genial y dándole gracias Dios, que las empresas y las personas sigan confiando en ella, no me cabe duda alguna, viéndola en su trabajo es sinónimo de que es una mujer con unos altos valores de respeto, responsabilidad, y una gran educación exquisita, valorando siempre ese valor de lealtad de la amistad y de la familia, a veces estos valores son difíciles de asumir, cuando el daño que te han causado ha abierto esa puerta de la ya definición total y perder todo contacto con aquellas personas en las que un día creíste, esto también suele ocurrir, pero bueno, siempre diré, la vida sigue su curso y hay que ser feliz siempre o intentarlo.
Este verano un señora mayor de mi pueblo me paró en la calle para agradecerme un pequeño artículo que le había hecho a su nieto, en este periódico digital infoguadiato.com, le dije que no me tenia que dar las gracias, ya que su nieto se había ganado de pleno derecho estar en esas líneas, por lo mucho que en silencio hace por su pueblo a diario.

Si tengo siempre que agradecer a este medio, el permitirme expresarme y contar estas experiencias de muchas personas de nuestra comarca, pienso que todas ellas son muy merecedoras de esas palabras redactadas con todo mi cariño hacia ellas.

Hoy quiero expresar y felicitar al mismo tiempo a una gran mujer, una señora que como comentaba al principio de esta redacción, siempre deja ese toque de profesionalidad en sus acciones, ella es muy callada, pero con la bandeja en la mano, le da ese toque especial y sabe cómo se debe de atender en interiores y exteriores de ese local, como así también detrás de esa barra, cuando hace falta.

Esta felicitación la hago también extensa a todas esas personas que dignifican esta gran profesión y son parte muy importante del éxito de esos bares y restaurantes, por su calidad de trabajo que expresan en el día a día.

Gracias, MARÍA DOLORES ORTEGA DE LA COBA, por dejar esa impronta en las funciones de tu trabajo, tanto en la hostelería como así en otros, que están en el diario trato con las personas, aparte de ese trabajo genial como es ser madre, y mujer al mismo tiempo, gracias de todo corazón y me siento muy orgulloso de ti y de ser paisano tuyo.

Sigue siempre ese camino, tu lealtad, respeto, y esa educación, son valores tuyos, y muy importantes en tu persona, gracias por ser como eres.