19 de junio de 2016 | Daniel Solano
Dignifico esa camiseta blanca y azul
Nunca podré agradecer a la prensa local en este caso al Periódico Infoguadiato.com, en prensa escrita o digital, todo el trabajo mensual que hace para acercarnos las noticias que van surgiendo en todas las facetas de la vida cotidiana, política, religión, deportiva, institucional y más y más, que nos hace sentirnos muy felices al poder llegar y estar en esos momentos, que sirven para unirnos, que a las postre es lo más importante, ese sentimiento de unión, nunca debe de desaparecer, todos juntos somos más importantes que solos, así de esta forma nuestra zona del Guadiato, será más tenida en cuenta, todas las denuncias que aportan los medios de comunicación locales, prensa y radio, llegarán más a las instituciones y a ver si de una vez tenemos esa suerte deseada y podemos por favor tener un día esa suerte que necesitamos para de nuevo relanzar esta comarca deprimida y olvidada por todos los gobiernos en los últimos sesenta años.
Dicho esto que me sale de los adentros, y que como he dicho, agradezco el enorme esfuerzo de los citados medios que denuncian y denuncian, tantas injusticias hacia nuestra bendita tierra.
Ahora me quiero centrar, ya relajado en hacerle un pequeño homenaje a una persona que siempre en silencio y durante muchos años, vistió esa camiseta blanca y azul, nuca regateo ningún esfuerzo en saber que el ponerse esa camiseta era lo más grande que un belmezano amante del deporte del fútbol, puede tener,, nunca tuvo una palabra más alta que otra, obediente al máximo, compañero, y con un sentimiento muy arraigado a esos colores que defendía, a lo largo de mi trayectoria deportiva, he tenido compañeros de nivel y bueno, grandes jugadores que hacían de este deporte ,su medio de vida, jugadores que en esos noventa minutos se jugaba lo que en un día entraba económicamente en su casa, y ante eso, la lucha era sin cuartel.
Pero ese fútbol, y la amistad entre todos los que formábamos esos equipos, era más ficticia y banal, lo que yo sentí en el Recreativo Belmezano, ya con bastantes años, era lo que quería, saber que el enfundarte esa camiseta era la gloria ,el jugar junto aquellos muchachos más jóvenes, pero que aprendí de ellos mucho, primero como me acogieron y como me ayudaron en algunos momentos de los partidos, ya que le edad ya se iba notando y ellos pendiente de mí ,de verdad, sólo puedo tener palabras de agradecimiento hacia ellos, en mi mente estaba que me tenía que dejar el alma en esos tres años, y así lo hice, entrenando a tope para estar en la mejor forma posible y bueno ser muy humilde, porque siendo uno humilde, tienes la suerte siempre de hacerlo mejor, ese fue el tope que me marque y del estoy muy orgulloso de haberlo vivido.
En esta maravillosa experiencia deportiva tuve la gran suerte de tener muy cerquita de mi a uno de los mejores laterales derechos con lo que he podido jugar, integro, responsable con el trabajo marcado, compañero auténtico, luchador hasta la extenuación, muy tímido, poco hablador, pero amigo NAVARRO…que pedazo de lateral y como sentía y siente ese escudo, el se llama Antonio ,pero futbolísticamente aparecía como HABA en las alineaciones para los árbitros y para la prensa cordobesa, Antonio Haba Benavente, muy recordado en el club de fútbol el STOP, por su entrega y su saber estar en la defensa de esa camiseta amarilla, por ahí pasaron grandes jugadores, que mas tarde engrosaron la lista de muy buenos jugadores de nuestro Recre y que fueron parte muy importante en la historia de este grande club.
De verdad, me llena de orgullo el poder dedicarle estas líneas de cariño, hacia la labor increíble de este jugador, que en un tiempo de la década de los ochenta-noventa, sólo nos dejó muestras y muestras, de lo que debe ser la defensa de un escudo, se dejo el alma, la vida y su entrega estará siempre fuera de duda, tengo un recuerdo de él inmenso, me encanta cuando acudo por ahí por mi pueblo, y tengo esa oportunidad de tomarme con él unas cervezas, me une a él muchas cosas, su sentimiento por nuestro Recre, me une a él, ese cariño con el que trata a todo el mundo, me une a él una amistad sincera y buena que hace, que me encuentre muy bien a su lado, y Dios quiera que esta nuestra amistad esté unida de por vida.
Gracias Antoñín, como a me gusta llamarte, fue para mí un honor el poder vestir esa camiseta junto contigo, en este club que tanto queremos, ese vestuario fue nuestro y ese escudo lo llevaremos siempre en el corazón…gracias por ser mi amigo.
Siempre dignificaste esa camiseta blanca y azul.