A veces la vida te depara grandes oportunidades de conocer a personas de un alto nivel humano y que sus actuaciones son siempre muy importantes para las colectividades, para los pueblos donde viven y para los sitios donde ellos se dejan su alma, en esa defensa de inculcar los valores más importantes de las personas, para que el ambiente sea lo más atractivo posible, y de verdad son muchos años los que llevo gracias a Dios conociéndolo, y siempre tiene esa mano tendida para todos sus amigos y vecinos.
Hoy quiero hablar de un hombre que a lo largo de su vida, siempre tuvo ese gesto de cariño hacia las personas que lo trataron, sé que en su pueblo de nacimiento se le quiere de verdad, es un referente para muchos de sus vecinos, ese pueblo de Villanueva del Duque, sabe lo que ANDRÉS QUEBRAJO BLASCO, le dio a su pueblo a través del bello deporte del fútbol, allí donde militó, dejó esa gran impronta de una persona muy educada y siempre por su cargo en el equipo donde jugaba era muy respetado, tuve la gran suerte de conectar con él y formar parte de aquél equipo de la década de los setenta en el Pozoblanco, Mestre, como le conocemos todos en el argot futbolístico en toda la comarca de los Pedroches y del Guadiato, siempre fue un jugador con una calidad muy contrastada, una técnica muy depurada y una forma de saber situarse que hacía de él un valladar muy difícil de pasar, su trabajo en el terreno de juego era muy importante, compañero al máximo, generoso en su fútbol y como capitán, su comportamiento era ejemplar, esto siempre lo reflejaba los árbitros de la competición en sus actas al finalizar los partidos, de verdad era y es un ejemplo a seguir, lo fue como jugador y ahora lo es de nuevo, cuando a través de la emisora donde los domingos se desplaza por este Valle de los Pedroches a comentar los partidos de los domingos, donde narra las evoluciones de los equipos en contienda deportiva, de verdad una persona con estas cualidades humanas son siempre muy necesarias en los pueblos, ayuda mucho a la formación de los jóvenes y son una parte referencial para muchos.
En el C.D. POZOBLANCO, militó bastantes años, en ese Virgen de Luna, ese campo de tierra, donde se guardan muchas historias de grandes futbolistas que pasaron por ahí, y donde muchos fuimos muy felices, entre los que me encuentro, MESTRE, es para muchos pozoalbenses y belmezanos, ya que su paso por nuestro Recreativo Belmezano, bajo la Presidencia de Adelardo Montero Ríos, una persona muy querida por su forma de saber dignificar esas camisetas que supo defender con todo orgullo, la verdad que toda persona que admira el fútbol local y comarcal el nombre de Mestre lo relaciona con esa gran persona que dejó un recuerdo imborrable como futbolista y como persona.
Desde hace ya unos años, Andrés, tenía en su mente el poder reunir a sus compañeros de fatigas de aquellos años compartidos del fútbol, empezó a trabajar y a buscar donde estaban cada uno para tener los teléfonos de todos y poder una vez al año juntarnos en una comida anual, un digno trabajo que consiguió con su esfuerzo y que nos dio a todos esa alegría inmensa de poder volver a vernos después de tantos años, Mestre, es un punto y aparte, de verdad a su lado todo el mundo es feliz y sigue como buen capitán, controlando que estos espacios sigan abiertos y que la amistad que nació hace muchos siga viva entre todos nosotros.
En su tiempo como jugador del Recre, en ese estadio Juan Cortés Mora, de nuevo con esa camiseta blanca y azul, dejó esa clase de jugador que fue, responsable, respetuoso, compañero y muy comprometido con esos colores que defendía, una persona que siempre está en la boca de todos los tertulianos cuando hablamos de nuestro Recre, hay jugadores que pasan por la historia deportiva de los pueblos y siempre quedan impregnados esa educación deportiva que nos dejaron y en esto mi amigo Andrés Quebrajo Blasco "Mestre", lo dejó muy patente.
Termino agradeciéndole de todo corazón la siempre disponibilidad hacia mi persona y decirle que para mi fue todo un honor vestirme junto a él, en ese viejo campo de virgen de luna, defendiendo ese pedazo de escudo del gallo encima de pozo, ampliando este agradecimiento como belmezano por vestir esa camiseta que llevo en mi corazón, esa camiseta blanca y azul orgullo de todos los belmezanos amantes de este bello deporte del fútbol. GRACIAS CAPITÁN MESTRE.