29 de octubre de 2015 | Daniel Solano Sújar
José Santos “El Sota”
Bueno, esta mañana me he encaminado a la cita que había quedado con una persona en el suroeste de Madrid, allí en su barrio, un lugar muy transitado y muy conocido antes era pueblo, hoy es distrito de esta ciudad, Vicálvaro, ahí viven unos cuantos belmezanos desde hace ya bastantes años, el día es desapacible con ese sol y esa lluvia intermitente, llego al local de la cita ahí está junto a su querida mujer desayunando en reunión con otras personas y departiendo como sólo el sabe hacerlo, es muy conocido, me comenta las camareras de turno y es una persona súper educada y un placer atenderlos diariamente, bueno me acerco a esa mesa tras los saludos de rigor y la alegría de verlos empezamos hablar como no podía ser de otra forma de nuestro querido pueblo que tanto él como su querida mujer nunca olvidaron.
Me llena de alegría el poder compartir con este digno periódico digital los avatares de esos belmezanos emigrados hace ya muchísimos años, y poder exponer esas vidas que hicieron fuera del entorno que los vio nacer, hoy estoy tomándome un café en un centro comercial de este barrio madrileño con José Santos Moya y Araceli Caja, matrimonio y ambos nacidos bajo ese cielo azul transparente de Belmez.
José nace en Belmez en el año 1926 hijo de Antonio Santos Tapia, famoso cantaor belmezano de grandes alegrías y soleá, su historia muy comentada en todo nuestra comarca del Guadiato una persona muy reconocida por su género y que hizo mucho por ese cante en la ciudad de Córdoba, como así queda demostrado en el Ateneo Cordobés, su querida madre, Doña Consuelo Moya Rivera, vecinos de la calle San Gregorio, nº 31, una casa siempre muy bien rodeada de amigos y familia que hacían que las personas que la visitaban se fueran muy contentas con esos ratos de ocio ya que Antonio y Consuelo eran esa clase de personas que saben conectar y que sus conductas eran deliciosas para todos sus convecinos.
José, entra de aprendiz en ese famoso taller de carpintería de los Leones, allí aprendió de los grandes oficiales ese gran oficio de carpintero-ebanista, en el año 1947 se viene de voluntario al ejército de aire a cuatro vientos, allí al conocerse su oficio entra en las dependencias de dicho ejercito a la conservación de muebles, haciendo una labor de restauración importante, allí conectó con otro belmezano que le dio importantes tardes de fútbol a nuestro Recreativo ,el Quico de la Cordobesa, José es llamado para ingresar en un cuartel militar del aire de la colonia el viso, junto a la calle Julián Marín y Francisco Silvela, donde sigue en su dependencia de carpintería, en trabajos de restauración y demás trabajos, allí conoció a un compañero de servicio que su padre tenía un gran taller, donde José estuvo trabajando un tiempo con ellos al finalizar su servicio militar. En aquellos tiempos el tener un oficio de la calidad de José era muy importante ya que el trabajo nunca le faltaba, en el año 1954 contrae matrimonio con Araceli Caja, su novia de Belmez, que ella estaba en Barcelona también emigrada, se vienen a vivir a la calle Mantuano, por López de Hoyos a un piso con dos habitaciones con derecho a cocina, antes cuando aún estaba soltero, vivía con una tía de Pepín Aroca, después de esas dura jornadas de trabajo en el taller ya comentado.
José y Araceli, vivieron también en García Noblejas y en el Álamo un lugar donde dejó grandes recuerdos entre sus vecinos, ya que su integración en ese pueblo fue total, directivo del equipo de fútbol local, y directivo del hogar del pensionista labor importante que realizó con mucho cariño, aún hoy se acuerda de las grandes excursiones que hicieron en aquellos años.
No puedo dejar de decir la importante labor como directivo de la Gran Familia Belmezana de Madrid, su entrega y su pasión por este nuestro entorno belmezano quedó impregnado en la forma de trabajar por esta Asociación Belmezana.
José, se crió con sus hermanos, Antonio, que se puede decir de él, no hay nadie en el Valle del Guadiato que no se acuerde del SOTA en la batería de las orquestas BORA..BORA Y VILLAFRANCA, sensacional sus actuaciones en esas orquestas, además Antonio el Sota, tocaba la guitarra y el piano un hombre muy ducho en estas lides, sus hermanos, Manuel, Escolástica y Soledad, unos hermanos a los que siempre adoró.
José por mediación de un médico dentista D. Antonio Pineda entra a trabajar en el hotel Príncipe Pio, donde su labor más importante fue la restauración de los muebles y enseres del hotel, José después de un tiempo ingresa en la compañía metropolitana de Madrid..METRO MADRID, año 1960 inauguró el suburbano-Carabanchel- plaza de España, se jubiló de jefe de estación, donde los compañeros le dieron una despedida nunca olvidada.
Amigo Navarro, es un verdadero placer en poder comentar en tu periódico la vida de muchos emigrados de nuestra bendita tierra, personas que nunca olvidaron sus raíces y que a pesar hoy después de sesenta y ocho años de emigrado, sus ojos brillan y a ellos acuden algunas lágrimas cuando le nombras a sus amigos de juventud y aquellos ratos inolvidables junto a ellos en esos grandes lugares donde fue muy feliz..JOSE SANTOS MOYA, un referente para muchos belmezanos en lo que me incluyo con mucho orgullo, decirles a sus hijos, Araceli, Consuelo y José Miguel y a su gran compañera de viaje ARACELI, felicidades por la persona que habéis tenido como padre y como marido, ha sido un placer el poder conversar contigo amigo y conocer de tu propia experiencia todos estos datos de tu vida. un abrazo fortísimo José.