Cuando hablamos de verdadera pasión por un deporte, encontramos historias que nos inspiran y nos demuestran la grandeza del ser humano. Bartolomé Carmona Díaz “Carmonilla” fue una de esas personas que dedicó su vida al fútbol y dejó una huella imborrable en su pueblo, Villanueva de Córdoba. Su entrega, valores y amor incondicional por los colores de su equipo lo convirtieron en una institución en esa localidad.
Desde muy joven, Carmonilla mostró una pasión desmedida por el fútbol. Sus habilidades en el terreno de juego no pasaron desapercibidas, pero su verdadero legado va más allá de los goles y las victorias. Era un hombre que comprendía la importancia del deporte como herramienta de integración y desarrollo personal. Siempre llevó consigo un talante deportivo ejemplar, que transmitía a todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo.
Su trayectoria estuvo ligada al club de su pueblo, un equipo que llevó en su corazón desde el primer día. Carmonilla defendió esos colores con pasión y dedicación, convirtiéndose en referente para generaciones posteriores. Fue un jugador destacado y un líder dentro y fuera del campo. Su cariño hacia sus compañeros y hacia todas las personas que formaban parte de la vida futbolística de la comarca del Valle de los Pedroches es recordado con gratitud y admiración.
Tuve la suerte de enfrentarme a Carmonilla en varias ocasiones, cuando yo militaba en el CD. Pozoblanco. Los partidos contra su equipo siempre fueron intensos y reñidos, pero lo que más impresionaba era su entrega y pasión por el juego. Era un espejo de lucha y dedicación, un hombre inteligente que sabía motivar a su equipo y sacar lo mejor de cada jugador. Siempre brindaba palabras de apoyo y aliento, creando un ambiente positivo y propicio para el crecimiento deportivo y personal de todos los que lo rodeaban.
La vida nos regala personas altruistas como Bartolomé Carmona “Carmonilla”, que dedican su tiempo y energía a una actividad deportiva que trasciende las canchas. Su amor por el fútbol y su entrega a su pueblo lo convirtieron en un referente para toda la comunidad. Su partida deja un vacío en el corazón de quienes tuvimos el privilegio de conocerlo y compartir su amistad.
Hoy, Villanueva de Córdoba llora la pérdida de su buque insignia futbolístico. Bartolomé Carmona Díaz Carmonilla deja un legado imborrable en la memoria de todos aquellos que disfrutamos de su amistad y fuimos testigos directos del fútbol que siempre nos regaló. Su pasión y dedicación serán recordadas por generaciones venideras, y su amor por el pueblo que tanto amó perdurará en la historia.
Descansa en paz, querido Carmonilla. Que Dios te acoja junto a Él, mientras nosotros te recordamos con cariño y gratitud. Tu amor a unos colores siempre dignificó y seguirá inspirando a todos los amantes del fútbol y del deporte en general.

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