30 de agosto de 2014 | Adalberto García-Donas León
España es una enorme pandereta
Cuando pensamos que los problemas de la crisis pueden estar llegando a su fin, aunque aun nos quede un largo camino por recorrer para alcanzar el poder adquisitivo que teníamos los españoles antes de la crisis, no hay día que pase sin que salga a la luz algún que otro mangante o alguna historia de desfalcos, fraudes, malversación de fondos públicos en todas sus variantes o favores a empresa y amiguetes, esperando compensación después de dejar el cargo púbico correspondiente, véase por ejemplo a ministros y presidentes cobrando sueldos millonarios de multinacionales eléctricas. Y por si todo eso fuera poco, tenemos hasta en la sopa a Artur Mas y los nacionalistas catalanes pidiendo la independencia sin haberles explicado aun al pueblo llano catalán, como van a salir adelante siendo independientes; pensarán que les va a caer el dinero como les cae ahora y como les ha caído toda la vida, incluyendo los años de dictadura, cuando le metían allí casi todas las grandes empresas, dejando al resto de España con lo sobrante.
España es como una enorme pandereta, toques donde toques, suena y salta el mangante de turno. Y ahora por si no teníamos bastante, estamos en año electoral, a meses de las elecciones municipales y por lo tanto comienzan a fluir proyectos a derecha e izquierda, promesas que en el noventa por ciento de los casos no se cumplen y sonrisas Profiden donde antes había malas caras y desplantes.
Ahora se cuenta con todos los medios de comunicación hasta para ir al servicio. Cualquier cosa es buena para darle bombo. Ojalá todos los años sean años electorales, porque no cabe duda que entre todos los proyectos que se van a iniciar en estos meses, alguno se terminará y otros como siempre, se quedarán en el olvido hasta las próximas elecciones.
Peñarroya-Pueblonuevo sabe mucho de eso, de proyectos prometidos y no acabados. Hace muchos años hice un artículo de opinión que lo titulé… “El club de los 10 años”, al que pertenecían la mayoría de los proyectos prometidos y no iniciados. Algunos con el tiempo han terminado haciéndose, como la Casa de la Cultura, otros, sorpresivamente, se hicieron sin ningún tipo de bombo, ni de presión popular, pero por desgracia aun quedan algunos por abrirse, otros por terminar y otros por empezar, como el considerado bisabuelo de los proyectos, conocido popularmente como la “Estación de Autobuses”, que junto con el Mercado de Abastos, mucho más joven en el tiempo que el anterior, pero muy demandado por el pueblo, por lo necesarios que son, han salido de nuevo a la palestra, curiosamente a falta de nueve meses para las elecciones.
Ojalá, se realicen los dos y tenga que rectificar públicamente, porque de esa forma todos saldremos beneficiados.