8 de abril de 2015 | Adalberto García-Donas León
Tan sólo un par de matizaciones
Para ser sincero, pensaba dedicarle este espacio de opinión a exponer la mía sobre lo ocurrido en la celebración del Día Internacional de la Mujer en Peñarroya-Pueblonuevo, pero meditando tranquilamente el tema, pienso que con dedicarle tan sólo unas líneas tengo bastante… “A buen entendedor con pocas palabras basta”. El resto lo dedicará a otra cosa.
Pienso que para celebrar un día tan señalado para la mujer, no es necesario dañas los derechos de los hombres. Si lo que quieren celebrando este día, es resaltar y hacer ver los derechos que tienen las mujeres en la sociedad actual, que para ser sincero y por desgracia, aun falta bastante para que los disfruten completamente, deben hacer lo contrario de lo que han hecho en Peñarroya-Pueblonuevo prohibiendo la entrada y participación a los hombres a los actos realizados el pasado 8 de marzo en la Casa de la Cultura.
Tanto unos como otros, mujeres y hombres debemos saber en qué fallamos, en qué fallan las leyes, en que fallan los empresarios, en definitiva en qué falla la sociedad, para que en un país, que se supone del primer mundo y civilizado, tengamos que seguir celebrando el Día Internacional de la Mujer, cuando estas desigualdades reales, que no constitucionales hacia la mujer, deberían haber quedado atrás hace muchos años.
Al final, ante las protestas de 10 hombres que estábamos allí ya sentados, nos dejaron estar presentes, pero el mal ya estaba hecho y por lo tanto no volví a entrar en señal de protesta. Habían dañado mis derechos y en algún momento me sentí hasta humillado.
Y de una matización reivindicativa, a una matización pura y dura. Mucho se habla últimamente en política de la Semana Santa por ser un acto religioso en la calle, en un país oficialmente aconfesional. Con lo que voy a decir no invento nada, todo está inventado y meditado hasta sus últimas consecuencias, pero es necesario recordarlo.
¿Os habéis parado a pensar que ocurriría en la España actual, si no existiera la Semana Santa fuera de los templos, con su imaginería en los pasos, sus nazarenos, sus madrinas, sus bandas y sus manifestaciones culturales de todo tipo? Pueden estar seguros que sería un caos para todos los sectores de la economía de servicios y para un bien número de industriales especializados en los temas cofrades, llámense por mencionar algunos, talleres de bordado y costura, fábricas de todo tipo de velas, invernaderos de flores, tallistas, imagineros, orfebres, carpinteros, zapaterías especializadas, modistas, tiendas de telas, cofrades y religiosas, etc.
Si no viviéramos la Semana Santa en la calle, se perderían miles de millones de euros y algunos miles de trabajadores entrarían a engrosas las listas del paro. Si eso lo trasladamos al día a día en las ciudades y a pueblos como el nuestro, el día que las Hermandades dejen de esforzarse a lo largo de todo el año para conseguir sacar los pasos a la calle, estos días festivos, serían días de huida a otros lugares, con la consecuente pérdida de ventas que ahora hay en restaurantes, bares, hoteles, tiendas, supermercados, etc.