• Los sindicatos, CSIF entre ellos, aseguran que las “desafortunadas” palabras de Isabel Ambrosio en la inauguración del Centro Cívico de Levante han causado un profundo malestar en el personal de la Prisión
• La Junta de Personal recuerda que la labor de los trabajadores es premiada cada año por el Ministerio de Interior


La Junta de Personal del Sector de la Administración General del Estado (AGE) en Córdoba califica de “muy desafortunadas” las declaraciones que la alcaldesa, Isabel Ambrosio, realizó en la inauguración del Centro Cívico de Levante al considerar la antigua prisión de Fátima como un lugar de “dolor, miedo y humillación”. Este órgano de representación laboral, del que forma parte CSIF, CCOO, UGT, APFP y USO ACAIP, aseguran que esas palabras, que han causado un profundo malestar entre la plantilla de la Prisión de Alcolea “responden a un desconocimiento de la realidad penitenciaria actual”.
La Junta de Personal ha elaborado un escrito en el que resalta la profesionalidad de los empleados penitenciarios que actualmente desarrollan su trabajo en Alcolea y que hasta el año 2000 estaban en Fátima en todos los ámbitos y áreas (vigilancia, tratamiento, atención sanitaria, mantenimiento, laborales y oficinas), una labor premiada y reconocida cada año por el Ministerio del Interior, al igual que la del equipo directivo del centro. “El compromiso de los profesionales con la reinserción, recogida en el artículo 25.2 de la Constitución, es absoluto”, según se subraya en el escrito.

Desde la Junta de Personal se recuerda que la prisión es un centro abierto a la sociedad, ya que se recibe diariamente la visita de numerosos colectivos culturales, deportivos, vecinales y defensores de los derechos humanos, además de contar con la colaboración de instituciones públicas. Asimismo, se imparten todo tipo de cursos, se llevan a cabo con éxito programas médicos pioneros de gran éxito para el control del VIH y de la hepatitis y se cuenta con varios módulos de respeto y otro donde desarrolla su labor Proyecto Hombre. El centro tiene un compromiso total contra el tráfico de drogas en prisión y apuesta decididamente por terapias que supongan el abandono de sustancias adictivas.

Los sindicatos agregan que los incidentes regimentales graves, pese a la escasez de medios de y de personal, han disminuido porque estos hechos son afrontados por los trabajadores “con una profesionalidad que es ejemplo para el resto de centros penitenciarios del Estado”. Por todo ello, “creer que la institución penitenciaria abandona al hombre recluido es desconocer el trato humanitario que se le presta, escuchándolo en primer lugar y haciéndonos partícipes en muchas ocasiones de sus problemas”, concluyen.