3 de abril de 2013 | Francisco J. Cabezas
Se nos fue una gran mujer
MUJER CON UNA SENSIBILIDAD ESPECIAL, SENCILLA Y LLENA DE HUMANIDAD
Josefita Montero, hija de Gabriel y Anita y mayor de cuatro hermanos, todos varones excepto ella, nacida en Fuente Obejuna en el año 1935, se nos fue el pasado 31 de Marzo.
Mujer de profundas convicciones religiosas, fiel trasmisora del Evangelio, fue catequista durante largos años de su vida, formando parte además de la Junta Directiva de la Hermandad de Ntra. Sra. de la Soledad en alguna ocasión, titular a la que profesaba una gran veneración.
Josefita fue una mujer involucrada en la vida social y religiosa de nuestro pueblo, perteneciendo al Club de Lectura de la Biblioteca Municipal hasta caer enferma, además de formar parte de la Comisión de Manos Unidas y ser Asociada de la Congregación de María.
Mujer con una sensibilidad especial, sencilla y llena de humanidad, escribió innumerables poemas a las distintas advocaciones de la Virgen María de nuestro pueblo.
Recuerdo que en grandes celebraciones de la Iglesia como las Primeras Comuniones o el Día del Corpus Christi, Josefita siempre tenía preparado algún texto, que sacaba escrito en un papel doblado del bolsillo de su chaqueta, llegándonos a todos al corazón por su sencillez y su entusiasmo.
Seguidora habitural de este periódico, esperaba como agua de mayo el ejemplar de cada mes leyendo con entusiasmo sus artículos, dedicatorias y anécdotas.
La sonrisa de sus labios y sus palabras de ánimo formaban parte de su vida diaria. No recuerdo haber visto su rostro nunca serio.
Echaremos de menos a esta mujer declamando sus poesías en el altar de nuestra iglesia, añoraremos sus palabras de ánimo, el amor que ponía en todo lo que hacía.
Ejemplo de vida, a pesar de su enfermedad pocas veces la encontrabas rendida. Los últimos años de su vida los pasó en la Residencia de Ancianos “Los Ángeles”, donde vivió con resignación su enfermedad, trasmitiendo ganas de vivir a los mayores que compartieron sus últimos años de vida.
Como diría D. Juan Laguna durante su funeral, el Señor tiene detalles con sus buenos hijos. Dios no permitiría que este día la Iglesia de la que había formado parte y en la que se había volcado a lo largo de su vida, estuviera triste y apagada. La luz y las flores que abarrotaban su Altar Mayor durante este día de Pascuas de Resurrección presidido por nuestra Patrona, la Virgen de Gracia a la que Josefita tanto amaba, eran testigos del último adiós que Fuente Obejuna le rendía. ¡Qué mejor homenaje que éste!.
Josefita, tus sencillos escritos, tu sonrisa, tu compromiso, tu amor por tu pueblo, no podrá borrarse de nuestras mentes en muchos años. Dejaste un hueco grande en nuestras vidas que jamás podrá ser ocupado.
Descansa en Paz, querida hermana, querida amiga Josefita.