27 de febrero de 2013 | Francisco J. Cabezas
Orígenes del Carnaval
La mayoría de las veces celebramos nuestras fiestas más intrínsecas sin saber su significado y el origen de las mismas.
Durante el pasado mes de Febrero hemos disfrutado del Carnaval en nuestros pueblos y ciudades. Momento propicio para plantar cara al ridículo y dar rienda suelta a nuestra imaginación, transformándonos en los personajes más disparatados y divertidos que podamos imaginar, ocasión también única de criticar mediante letrillas cantadas los temas de más actualidad como pueden ser la corrupción, los desahucios o el desempleo.
El carnaval suele vivirse con más intensidad en países de tradición cristiana, teniendo sus orígenes en fiestas paganas como las que se hacían en honor a Baco, Dios del Vino, a las saturninas en honor a Saturno, Dios de la siembra y las cosechas, en honor al Dios del Pan, o al buey Apis en el Antiguo Egipto.
La palabra Carnaval procede posiblemente de “carrus navalis”(carro naval), como llamaban los romanos al barco sobre ruedas que transportaba en las bacanales, a modo de carroza al Dios Baco.
Otra versión es que provenga del italiano medieval “Carnavale, que significa quitar la carne, aludiendo al tiempo de ayuno de la cuaresma. Tras el desenfreno y la locura del carnaval siempre llega la Cuaresma, tiempo de conversión y de abstinencia.
En un principio el carnaval sólo consistía en danzas y cánticos, en los que se utilizaban máscaras y disfraces simbolizando la inexistencia de clases sociales, es la manera que tenía la nobleza de mezclarse con el pueblo tras un disfraz.
Tras llegar el carnaval a Venecia, éste se va expandiendo a todo el mundo, disfrutando a día de hoy de carnavales tan espectaculares, dispares, divertidos y señoriales como los de Río de Janeiro, Colonia, Cádiz, Canarias o Venecia, por citar algunos de los más reconocidos mundialmente.