Ya son 4 años consecutivos los que la tuna peñarriblense vuelve a deleitar a vecinos y forasteros en la noche mágica de la Cruz. Sobre las nueve y media de la noche la tuna aterrizaba en las calles de Añora, una vez afinados y encapados, se dispusieron a recorrer cada rincón para cantarle al numeroso público que allí se congregaba. "Fue una sensación única volver a cantar sin una mascarilla puesta y sin mascarillas por parte del sensacional público que cantó y bailó con nosotros", afirma Pedro Mellado, pandereta y uno de los pilotos de esta nave.

La noche además sirvió para presentar un nuevo tuno, de larga experiencia en el mundo de la música en nuestro pueblo y al que le deseamos muchos años por estos lares, el Sr. Emilio, con un quejio al más puro estilo de José Mercé.

La velada se alargó hasta la una de la madrugada, donde evidentemente sonaron sus coplas más conocidas y coreadas. No puede faltar el archiconocido Clavelitos, que tuvieron que repetir casi en modo bucle ante tanta petición del respetable. Siguió La morena de mi copla, que pone a bailar hasta los roscos y pestiños que se ofrecían amablemente en las casas. Las más rancheritas tuvieron su espacio, Cielito Lindo y las Habaneras de Cádiz, siempre gustan y generan los coros al unísono de grandes y pequeños. El apartado rumbero puso el broche final a una actuación para recordar, creando en cada calle o plaza una pista de baile.

Bandurrias, laudes, guitarras, panderetas,... El arsenal queda guardado hasta el próximo evento: bodas, serenatas, cumpleaños, encuentros,...Siguen afinados y preparados para el futuro.

La Tuna prepara ya otros compromisos para esta primavera que acabamos de estrenar, con las mismas ganas e ilusión de siempre y llevando su máxima por bandera: hacer disfrutar a la gente.