Como suele suceder cada año por estas fechas, Posadilla retrocede en el tiempo viajando a mediados del pasado siglo, dando vida por cuarto año consecutivo a su bello Museo Etnográfico de Usos y Costumbres Populares.
No era de extrañar paseando por las calles de la aldea tropezarte con un guardia civil con capote y tricornio, con un sacerdote con sotana, con vecinas ataviadas con sus trajes de faena, o con el cartero de los años 50, así como casi un centenar de vecinos de la aldea cada cual representando su papel.
Alrededor de las 12,00 h comenzaba la fiesta en el exterior del museo abarrotado de visitantes, con representaciones de la vida cotidiana y juegos tradicionales abiertos a toda clase de público, pudiendo también presenciar el esquilo de ovejas a tijera, el herrado de caballos y la caza del perdigón. Además de degustar productos ibéricos de nuestra tierra acompañados de un buen vino y de dulces caseros elaborados por las vecinas de Posadilla.
Ya en el interior del museo, viajabas desde que pasabas sus umbrales a un pasado no muy lejano, pero que muchos de los jóvenes y no tan jóvenes no vivimos, y de esta forma pudimos hacerlo, así como los más nostálgico, cuyos aperos expuestos sí que formaron parte de su vida diaria, recordando aquellos tiempos de duro trabajo.
Una vez que el posadero te ofrecía un chato de vino, podías ir visitando las 18 salas del museo, presenciando labores tan nuestras como la matanza del cerdo, la elaboración de vino a la manera tradicional, el trillo y las herramientas de trabajo de los agricultores y ganaderos de aquella época, el tradicional chozo, vivienda habitual del pastor, el cine super 8, los ajuares de bautizos, comuniones y bodas, con novios incluidos, el barbero de entonces, la fragua, las matronas, las bordadoras, etc. Y como novedad durante este año, las beatas de vocación, las lavanderas, el rehalero, y la escuela, recreada de una manera excepcional con su más pintoresca maestra y los alumnos más aplicados.
Mateos Díaz Ríos, Presidente de la Asociación de “Amigos y Vecinos de Posadilla” quiso recordar de esta forma a los que ya no están entre nosotros y fueron unos verdaderos maestros con los escasos medios de que disponían.
Al evento asistieron además la alcaldesa mellariense Isabel Cabezas acompañada de parte de su Corporación Municipal y del Diputado de Cultura Antonio Pineda.
Los asistentes también pudieron disfrutar de actuaciones de flamenco y canción española, así como de una intensa velada de verbena amenizada por el grupo “Embrujo”.