14 de septiembre de 2015 | Samara García Guerrero. Área de Comunicación
Más sobre el linfoma
Dr. Manuel Capote Martínez
Facultativo Especialista en Hematología y Hemoterapia.
Hospital de Alta Resolución Valle del Guadiato (Peñarroya-Pueblonuevo).
Aprovechando la víspera del 15 de septiembre, fecha en que se conmemora el día Mundial del Linfoma, queremos dar visibilidad a esta enfermedad de la que se estima que cada año son diagnosticadas en España unas 6.000 personas. Para ello, en esta entrevista, el médico especialista en Hematología y Hemoterapia del Hospital de Alta Resolución Valle del Guadiato, Manuel Capote, nos explica en qué consiste, cuáles son sus síntomas y cómo se trata el linfoma.
¿Qué es un linfoma?
El linfoma es un tumor maligno, es el cáncer de los ganglios linfáticos, o dicho de una manera más precisa, es la transformación tumoral de los linfocitos, que son las células principales de los ganglios linfáticos.
Por el sistema linfático circula la linfa, líquido que lleva nutrientes, desechos y leucocitos del sistema linfoide por el cuerpo. Cuando los linfocitos se multiplican de modo anómalo o no mueren cuando deberían, los ganglios u otros órganos linfáticos pueden sufrir un linfoma.
Se desconoce su origen. Se sabe que las personas con un déficit en la inmunidad presentan un riesgo mayor de sufrirlo. Los linfomas no son contagiosos ni se heredan genéticamente.
Tipos de linfoma
Hay muchos tipos de linfoma, y su clasificación depende de su origen, sus características y su localización.
Clásicamente se dividían en linfomas de Hodgkin y linfomas No Hodgkin.
Sin embargo, los linfomas se clasifican mejor teniendo en cuenta su origen clonal y sus características patológicas. Actualmente, según la clasificación de la OMS los linfomas se agrupan en dos:
• Neoplasias de células B maduras, que incluyen los linfomas B y el linfoma de Hodgkin. Es menos frecuente, se caracteriza por la presencia de una célula tumoral anómala. Afecta con más frecuencia a personas jóvenes. Afecta típicamente al cuello y la parte anterior del pecho.
• Neoplasias de células T y células NK maduras, que incluye los linfomas T y linfomas y leucemias de células NK.
A su vez pueden clasificarse en linfomas indolentes y de bajo grado: las células tumorales se dividen y multiplican lentamente. Y en linfomas agresivos o de alto grado: las células tumorales se dividen y multiplican velozmente.
¿Cómo se manifiesta?
El síntoma principal es el crecimiento de un ganglio linfático o adenopatía. El paciente solo lo nota si aparece en un lugar externo (cuello, axilas, ingles). Tarda semanas o meses en crecer y es indoloro.
Una adenopatía no significa que haya linfoma. De hecho, la mayoría de veces el ganglio crece por una infección, a menudo sin importancia. Si se nota un bulto se debe acudir al medico para que éste determine si hay que realizar alguna prueba.
Otros síntomas de linfoma son: sudores nocturnos, fiebre, pérdida de peso, cansancio, y picor persistente por todo el cuerpo.
¿Cómo se diagnostica?
Por biopsia de la adenopatía. Es la única técnica válida para diagnosticar el linfoma y conocer su tipo exacto, y así poder determinar el tratamiento a seguir.
Una vez diagnosticado el linfoma, se realizan otras exploraciones para conocer la extensión de la enfermedad. Para ello se llevan a cabo una historia clínica y una exploración física detallada, análisis de sangre, TAC o escáner del cuello, tórax, abdomen y pelvis, y un aspirado y biopsia de médula ósea. En algunos casos se añaden otras pruebas: gammagrafías, PET, endoscopia, etc.
¿Cómo se trata?
Quimioterapia, a veces complementada con otras terapias como radioterapia, anticuerpos monoclonales y trasplante de progenitores hematopoyéticos.