La Comisión Europea aceptó el jueves pasado la solicitud de España de restringir temporalmente el acceso de los trabajadores rumanos a su mercado laboral, una medida inédita en la UE y justificada por la crisis económica y el desempleo galopante en el país.
El Ejecutivo comunitario "comprende que (...) debido a la grave situación del empleo y a un entorno financiero muy complejo, las autoridades españolas deseen dar un paso atrás con respecto a la plena libertad de circulación" en el continente, indicó el comisario de Empleo, Laszlo Andor, en un comunicado.
Tras recordar que el "descenso sin precedentes del Producto Interior Bruto (PIB) español, del 3,9% entre 2008 y 2010, ha dado lugar a la tasa de desempleo más elevada de la Unión Europea (UE)", superior al 20%, Bruselas estima lógico restringir el acceso de los trabajadores rumanos al mercado laboral hasta el 31 de diciembre de 2012.
Además, "el incremento continuo de los residentes rumanos en España y su elevado desempleo han afectado la capacidad del país para absorber nuevas llegadas de trabajadores", según el comunicado. Según datos de la Comisión, el 30% de los más de 820.000 rumanos que viven en España se encuentran sin empleo.
Tras asegurar que "en principio, restringir la libre circulación de trabajadores en Europa no es la respuesta a un desempleo elevado", Andor deseó que la medida española, motivada por "una coyuntura concreta", "tenga una duración lo más limitada posible". El Gobierno español anunció en julio su intención de volver a exigir un permiso de trabajo a los rumanos que quieran trabajar en el país, justificando la medida en la elevada tasa de desempleo.
Rumania, junto a Bulgaria, ingresó en la UE en 2007. Su tratado de adhesión autorizó a otros Estados a imponer restricciones de acceso al mercado laboral para sus ciudadanos durante siete años. Pero España levantó la moratoria en enero de 2009, reservándose el derecho de restablecerla en caso de dificultades en su mercado laboral.