No encuentro las palabras adecuadas para comenzar a describir este encuentro, pero si que es preciso mencionar que el Salerm necesitaba ganar a toda costa y desde luego que lo consiguió.
No importa cuanto público hubo o si las temperaturas eran muy altas, sólo interesa como un conjunto de malas decisiones pueden acabar con las ilusiones de un equipo para que el contrario se pueda aupar con la victoria, por muy necesitado que se esté de ella.
Es decepcionante batallar en una lucha desigual en la que, desde el primer minuto, se puede apreciar que las decisiones van en tu contra. No digo que algunas de las sanciones no fueran merecidas, sino que parecidas, por no decir peores, acciones se hicieron por parte del contrario y no se midieron por el mismo rasero.
Respecto a lo puramente deportivo mencionar que el Peñarroya salió muy bien, y marcó en el minuto veinte Castro, a pase de Del Rey, bombeándo el balón ante la salida del portero.
José Durán en la segunda parte recibe una entrada, cuando ya había soltado el balón, que se podría calificar de placaje si el deporte hubiese sido rugby, la única consecuencia fue para nuestro jugador, en forma de visita a la clínica del deporte y varias semanas sin jugar.
Los goles del Salerm llegaron minutos después de las dos expulsiones a jugadores del Peñarroya.
El primero marcado por Navas que recibe un centro en el segundo palo mientras uno de nuestros centrales, Manuel Pérez, rodaba por el suelo a pesar de que no tenía posibilidad de jugar el balón. El resultado de esta jugada premio para el Salerm y nuestro central no podrá jugar el próximo partido.
El último gol del Salerm lo marca Luna a pase entre líneas por banda izquierda, se va en velocidad de la defensa y tira cruzado al segundo palo.
Por mi parte animar a los jugadores del Peñarroya y obligaos a recordar siempre que “el fin no justifica los medios”.