25 de julio de 2018 | Aurelio Romero
La música y la poesía triunfan en Villanueva del Rey
Tocar pueblo no es fácil siempre. Tocar para este pueblo fue un triunfo de generosidad personal y maestría musical inauditas
Parecía difícil que la Semana Cultural de Villanueva del Rey arrancase bien con una mezcla de poesía en directo y música clásica. Pero fue un éxito, sobre todo de emociones, compañerismo y generosidad de Lucía Prieto, la joven e increíblemente buena concertista de guitarra, que dejó boquiabierto al público con su calidez y su profesionalidad.
DESPUÉS DE “SIEMPRE HAY ALGUIEN (DIEZ AÑOS DESPUÉS)
El acto de ayer es de los que dejan huella. Todo iba a ser casi mecánico, unos poemas, unos textos, una guitarrista que nadie conocíamos y unas personas dispuestas a torear ese difícil toro de leer en público.
Todo ha sido diferente: los poemas eran de quienes leían y alguno llegó a emocionarse como si nunca lo hubiese escuchado, las voces diferentes han convertido los versos en un coro nuevo lleno de matices, tonos y diferentes emociones, timidez y palabras. Los relatos nuevos sonaban a crónicas de amistad pasada y agria realidad política con frases llenas de ironía, y la voz que canta en el fondo del escenario mientras otros leen versos es una experiencia que no se podrá olvidar.
Dejé de ser el autor de los versos para unirme a ese coro como uno más y, como muchas de esas 10 personas que fuimos, salimos cargados de emociones, casi lágrimas y esa felicidad que la poesía te echa encima por sorpresa.
Rodeamos los 10 a Lucía Padilla, que dio un concierto valiente: guitarra clásica, Cádiz, Alhambra, Tango y algún eco de palomitas entre el público menor.
Lucía se unió al grupo o el grupo la absorbió y su música arropada en el escenario de la Caseta Municipal sonaba magistral y a ella la convirtió en esa diosa desconocida que llega al pueblo vestida de negro para el concierto.
Tocar pueblo no es fácil siempre. Tocar para este pueblo fue un triunfo de generosidad personal y maestría musical inauditas.
Bueno, felicidad y derroche de emociones incluso.
Hoy hemos puesto una pica en Villanueva del Rey. Un orgullo villorro