Los vecinos de las inmediaciones del museo de de la Fábrica de Harina, han dado la alerta de los actos de vandalismo que se están llevando a cabo en el edificio.
Rotura de puertas, de cristales, ventanas arrancadas, pintadas en las paredes interiores, azulejos partidos, son algunos de los daños realizados en este inmueble.
Ante esto la alcaldesa peñarriblense, María Gil (PP), ha indicado que “la concienciación social ante este tipo de actuaciones brilla por su ausencia, no sabemos el motivo de por qué tanta saña con este edificio, en el que a día de hoy el Ayuntamiento no puede soportar un gasto ni de mantenimiento ni de seguridad, de ahí la concienciación social de determinadas personas, no vamos a generalizar. Hemos puesto vallas, las quitamos , las tumbaron, no sabemos qué hacer ante este tipo de actuaciones”.
En cuanto a la reparación de los desperfectos Gil indicó que tratarán de repararlos buscando financiación por medio de subvenciones y ayudas.
Por su parte, la portavoz socialista Luisa Ruiz, se lamentó por los desperfectos del inmueble y señaló que “es un ejemplo más de la dejación de funciones, del abandono que el Equipo de Gobierno ha sometido al municipio y el daño lesivo que supone”.
Ruiz criticó que edificios como “el museo de la fábrica de harina, la residencia de gravemente afectados, el complejo hoteleros Las Minas, el spa, terminados o a punto de terminarse cuando el PSOE salió del gobierno municipal sigan cerrados, ya no es sólo que estén cerrados con el consiguiente deterioro, sino que eran proyectos generadores de empleo que fue con el objetivo con el que se llevaron a cabo”.
La escasez de presupuesto es la principal razón por la que se está demorando la apertura y puesta en funcionamiento del museo de la Fábrica de Harina en Peñarroya-Pueblonuevo
En 2008 comenzaron los trabajos de remodelación de la Fábrica de Harina de Peñarroya-Pueblonuevo, unas mejoras que se hicieron a través de un taller de empleo. En el inmueble se ha edificado un Museo del Pan con todas las máquinas que se conservan en buen estado. Se trata de un edificio del siglo XIX que ha estado en funcionamiento hasta la década de los 90.
Los propietarios, la familia Espadas, siempre han puesto como condición para la donación que se conserve la fábrica, ya que para ellos tiene una gran carga sentimental y es uno de los edificios más emblemáticos de la localidad, de la que vivían unas 40 familias peñarriblenses.

En la actualidad sólo quedan dos fábricas de este tipo en España. El museo llevará el nombre de Antonio Espadas, fundador de la fábrica, después de que su familia haya alcanzado un acuerdo con el Consistorio por el que pasó a manos municipales una parcela de algo más de 11.000 metros cuadrados.
Una de las actuaciones que se han llevando a cabo ha sido la instalación de un ascensor exterior con una pasarela de acceso al edificio, que permitirá la visita al mismo, el cual contiene toda la maquinaria original de la antigua fábrica de harinas.
Esta intervención fue financiada con cargo a los fondos Proteja del año 2009, que el Gobierno andaluz puso sobre la mesa para reactivar el sector de la construcción y generar empleo. La obra costó 65.112 euros.
La segunda actuación realizada fue la construcción de un centro de recepción de visitantes, siendo la tercera la construcción de unos servicios. Estas dos actuaciones fueron sufragadas con cargo al programa de acción concertada de la Diputación, con una inversión de unos 68.000 euros.