8 de febrero de 2015 | Joaquín Rayego Gutiérrez
Unas gotas de poesía. Celso Emilio Ferreiro
Celso Emilio Ferreiro nace en Celanova (Ourense) un cuatro de enero de 1912. De familia republicana y galleguista, fue el menor de siete hermanos.
Tras hacer el bachiller con los escolapios, estudiará posteriormente las carreras de Derecho y Magisterio.
Su vocación literaria se despierta en la biblioteca familiar leyendo a los poetas del XIX, y particularmente a su paisano Manuel Curros Enríquez.
Movilizado por el ejército franquista es destinado al frente de Asturias, en 1937. Cuando disfrutaba de un permiso en su ciudad es detenido y condenado a muerte, acusado de pronunciarse a favor de la Unión Soviética. La diligencia de su familia conseguirá salvarlo.
Concluida la guerra permanece en Asturias donde conoce a Moraima, su musa y la que será su esposa.
Tras su regreso a Galicia ejerce de procurador de tribunales y participa de varios proyectos editoriales, pero las circunstancias económicas le empujan a emigrar a Venezuela, donde permanece por espacio de ocho años.
Instalado en Madrid, en 1974, dirige la revista Tribuna Médica y la cátedra de Lingua e Literatura Galega del Ateneo madrileño.
Ligado al Partido Socialista Galego participa en las primeras elecciones generales democráticas, como candidato a senador por Ourense, sin conseguir el escaño.
Fallece en Vigo el 31 de agosto de 1979.
Entre sus libros destacan: Al aire de tu vuelo (1941); Longa Noite de Pedra ( 1962); Viaxe ao país dos ananos (1968), Cantigas de escarño e maldicer (1968); Terra de ningures (1969); Antipoema (1972); Os autentes (1973); Cementerio privado (1973); Onde o mundo se chama Celanova (1975); Al César enano (1975); A taberna do Galo (narrativa, 1978); O libro das homenaxes (1979).
Los poemas que se incluyen en esta página pertenecen al poemario Longa Noite de Pedra. Introducción y traducción de Ramón Nicolás, Auga Editora, Santiago de Compostela, 2011.
Spiritual
Quizás mañana/ cuando mi mirada/ no germine en la luz/ como pequeña amapola de agua, /
Venga la soledad.
Pero hoy canto en libertad/ y mientras canto/ no estoy aislado, / que el corazón va conmigo/
y con él hablo.
Beberé el paisaje/ en un amanecer de lirios. / Las campanas del mar/ en los vientos huidizos.
Cada instante un pájaro, / cada pulso un latido. / Una espada de lluvia/ cortando la flor del viento.
Ni las miradas torvas, / ni los labios esquivos, / ni las voces enemigas/ ni los hombres mezquinos.
Viviré como el fuego/ encendido en la noche. / Tendré cumbres de estrellas, / cantaré para los hombres.
Estoy conmigo mismo. / El corazón es quien manda, / y yo obedezco.
Esperanza (Espranza)
Alzaremos la esperanza/ sobre esta tierra oscura/ como quien alza una antorcha/ en una noche sin luna.
Marcharemos ceñidos/ por los duros secretos/ de una patria soñada/ a la que no volveremos.
No sabrán el camino/ que entonces cogeremos. / Largos ríos de niebla/ largos mares de tiempo.
Tripulantes insomnes/ en la libertad creemos. / Viva, viva, decimos/ a los que están en el destierro/ y sueñan con un amanecer/ de banderas al viento.
Adictos de la añoranza, / que lleváis la luz por los caminos. /¡Salud a todos,/ compañeros!
Tú y yo
(No hablemos de los bobos/ que todo lo aprenden en los libros. / No hablemos de los necios/ con cara de domingo; ni de los sapientes memos, / ni de los estúpidos listos, / ni del eterno mal gusto/ de los pobres nuevos ricos.
Hablemos de ti y de mí/ ya que vivimos.
Tú y yo en los vientos/ y en los solsticios.
Tú y yo en los bosques/ y en los ríos.
Tú y yo, historia/ de cuerpos puros.
Tú y yo, saudade/ de albores íntimos.
Tú y yo sin tiempo/ por el tiempo vamos.
Tú y yo cantando, / llorando y riendo.