31 de marzo de 2010 | Jesús Maraña
Un relato imprescindible para la dirección del PP
LA DUDA DE RAJOY ES DEL TAMAÑO DEL PALMA ARENA SOBRE LA INOCENCIA DE MATAS

Mariano Rajoy ya tiene una lectura muy recomendable para estos días de vacaciones. Los 147 folios escritos por el juez José Castro, instructor del caso Palma Arena. Son más entretenidos que una novela de Larsson y por momentos indignan al lector como un relato de malos tratos. De entrada, la duda que el propio Rajoy deslizó anteayer sobre su ya ex compañero Jaume Matas (“…que demuestre su inocencia, si puede”) queda bastante despejada. Lo va a tener francamente difícil, porque ese auto de prisión, eludible si Matas deposita una fianza de tres millones de euros antes del próximo miércoles, relata con todo detalle la historia de un latrocinio, el intento reiterado de falsificar pruebas o de manipular a testigos y la prepotencia con la que actúa quien se considera intocable.
Conviene no olvidar que buena parte del dinero negro o colorado de la corrupción en Baleares y en otras comunidades sale de las arcas públicas, de los impuestos que (casi) todos pagamos. Sólo por este detalle, Rajoy no puede empeñarse en guardar silencio y tendrá que explicar su apoyo durante tanto tiempo a semejante individuo. Incluso responder a algunas preguntas: ¿cómo justifica Rajoy que en la nueva Ejecutiva del PP balear haya tres imputados y cinco ex consellers de Matas? ¿Es ésa la “implacable lucha contra la corrupción” que proclama? ¿Y qué opina sobre las pruebas de financiación ilegal del partido? Por cierto: ¿por qué Matas se consideraría intocable?
El día que Rajoy impuso su autoridad
En un gesto de firmeza sin precedentes, Mariano Rajoy anunció ayer que acepta la baja temporal como militante del PP solicitada por Jaume Matas. Se desconoce de qué forma podría un partido político “no aceptar” la petición de baja voluntaria de un militante. Quizás el PP tuviera previsto enviar a dos compañeros disfrazados de gaviotas que persiguieran a Matas allí donde apareciese, en plan Cobrador del Frac, del juzgado al palacete y del palacete a la cárcel, sin respiro hasta lograr que el ex president balear “aceptara” continuar en el partido.
Lo cierto es que la dirección nacional del PP ha tardado tanto en tomar alguna decisión respecto a un imputado por 13 delitos relacionados con la corrupción que el presunto corrupto se ha adelantado a la presunta intención de Rajoy de suspenderlo “temporalmente” de militancia. El propio presidente del PP debió de percatarse de que estaba anunciando una solemne obviedad, puesto que añadió el giro “como es natural”. Lo que resulta menos natural es el concepto de presunción de inocencia que a continuación expuso; un derecho que el PP defiende (para los suyos) con tozudez marmórea. “Le deseamos [a Matas] lo mejor, y, si puede, que demuestre su inocencia”, dijo ayer Mariano Rajoy. Ese “si puede” refleja una duda del tamaño del Palma Arena sobre la inocencia de ese hombre a quien el juez retiró el pasaporte, pero el PP no consiguió retirar el carnet.