Siempre he pensado que las experiencias de una persona a lo largo de toda su vida deberían de tener un regalo final y no una fatídica muerte o una penosa enfermedad. Para estos menesteres el Gobierno Central y el Autonómico desde sus inicios fueron creando departamentos y asignaciones económicas para intentar premiar a nuestros mayores tras su jubilación.
Ahora por una parte el gobierno central cree que es necesario morir antes de jubilarte y para ello insta a que la jubilación la tomemos de dos a cuatro años después de los sesenta y cinco, y por la otra tanto dinero hemos repartido en los hoteles canarios y baleares con el Inserso que ya no hay ni un euro para las personas de gran dependencia necesitadas de ayuda inminente.
La tristeza me invade de tal modo cuando los mayores no tienen quién les ampare, que deseo con todas mis fuerzas que existieran hoteles de cinco estrellas para todos aquellos que REALMENTE lo necesitasen y sin coste alguno para ellos, ni tan siquiera su pobre pensión. Pero esto no es así y para aquellos que necesitan unirse a estos ASILOS-RESIDENCIAS-GERIATRICOS- o como quieran llamarles les retiran su pensión, a veces sus bienes y en la mayoría de los casos hasta la vida.
Lo que ahora les cuento y es por lo que escribo este artículo de opinión es que TENGO VERGÜENZA AJENA de leer estos días en la prensa que “””LA OCUPACION EN LAS RESIDENCIAS DE MAYORES CAE MAS DE UN 20% DEBIDO A LA CRISIS “””. Cuanta falsedad, cuanta mentira y sobre todo cuanta cara por parte de esa gente que debido a la crisis y por falta de liquidez recurre a llevarse a sus mayores a su casa, a veces de nuevo y otras la mayoría por primera vez, para vivir de sus pobres pensiones cuando después de usarlos les han dejado en esas instalaciones sin dedicarles ni un minuto de sus vidas para evitar su cuidado, lavarles, ponerle un pañal o quitárselo y sobre todo dedicarles parte de su tiempo puesto que ellos como progenitores además de darles la vida les han velado y criado, aguantado y padecido, hasta que volaron para luego pagarles de ese modo.
Que gran profesión la de madre o padre si le pones empeño, o debería de decir la de buena madre o buen padre, para aquellos hijos que saldrán según genes con el calificativo de buenos o con el de vampiro psicológico lameorzas.
Todas estas circunstancias se reflejan en los cuidados que necesitan los abuelos y que no somos capaces de darles a pesar de que le pongamos empeño cuando nunca lo hemos hecho. La administración abona por plaza concertada unos 1.500 euros y el propio usuario aporta el 75% de sus ingresos líquidos anuales excluidas pagas extras. Como ley este copago no debe superar el 90% del coste del servicio. Aún así, no había plazas hasta hace muy poco en las residencias subvencionadas y ahora hemos pasado a tenerlas desocupadas. Si solicitas una ayuda de dependencia te dicen en tu cara que no hay dinero y que pueden tardar tres meses en contestarte y que si no lo hacen te olvides, aunque le expliques que tu problema es solucionable con una hora de las que están abonando a esas empresas creadas al efecto con auxiliares y no auxiliares y que a veces desarrollan sus trabajos como albañiles-pintores-carpinteros y cuando menos como auxiliares y cuidadoras. Existen personas mayores que conviven con sus hijos-as en su propio domicilio y tienen concedida una ayuda de dependencia y otros que realmente lo necesitan y no disponen de ella.
Como siempre nada es tan justo como debe y vivimos a diario con unas injusticias tremendas.
HAGAMOSLE LA VIDA FACIL DESDE EL MINUTO UNO Y NUNCA JAMAS DESFALLEZCAMOS EN SUS CUIDADOS, QUE ELLOS NOS DIERON LA VIDA Y LE DEBEMOS TODO.