19 de octubre de 2012 | Victoria Lafora es periodista y analista política
Padres en huelga
EN EL FONDO WERT Y EL GOBIERNO DEL PP ESTÁN SUBVENCIONANDO A LOS CACHORROS QUE NUTRIRÁN LAS FILAS DE SU PARTIDO EN LA EDAD ADULTA
Qué hartazgo deben tener los papás españoles con los recortes y las provocaciones del ministro Wert, por orden de Rajoy, que ayer protagonizaron la primera huelga en la historia de la enseñanza pública. Una organización tan sería como la CEAPA, consiguió movilizar a los progenitores de miles de alumnos para que no los llevaran al cole. Se sumaron así a la pelea que contra el deterioro de la enseñanza pública llevan a cabo los docentes desde hace varios meses.
La convocatoria crea un precedente social que ha causado honda preocupación en el Ministerio. Aquí no hay reivindicaciones laborales, ni de exceso de trabajo o de exigencia de respeto ante la labor docente. Es la sociedad en su conjunto quien dice ¡basta ya! A la depauperación y el desmantelamiento del único sistema de enseñanza igualitario y gratuito.
Lo peor de la gestión gubernamental es el haber convertido la enseñanza estatal en el chivo expiatorio de los recortes por la crisis y la prepotencia del responsable de Educación, que desprecia cuanto ignora, y descalifica de forma burda a todo aquel que se oponga a sus medidas, muchas de ellas con un grave componente ideológico.
Lejos de reunirse con los profesionales implicados del sector educativo, pactar los recortes en función de las necesidades más perentorias de los centros, el ministro práctica la política de tierra quemada salvo con los centros más reaccionarios de la privada. Todo es comprensión con los colegios dependientes de órdenes religiosas como el Opus Dei, para los que sí hay fondos públicos para pagar el concierto a pesar de que practican la segregación de sexos en sus aulas. Para unos sí hay fondos, para otros ni becas de comedor.
En el fondo Wert y el Gobierno del PP están subvencionando a los cachorros que nutrirán las filas de su partido en la edad adulta, a los hijos de muchos compañeros de militancia. Sin complejos. Por eso el portavoz popular en el Congreso, Alfonso Alonso, manifestaba su estupor por la huelga de los padres ya que, en su etapa de colegial, sólo convocaban huelga “los de Batasuna”. Los suyos siempre fueron gente de orden que sólo salía a la calle cuando se intentaba enseñar a sus hijos Ciudadanía.
Feijóo, quien desde Galicia le está viendo las orejas al lobo y no quiere pagar el precio de los recortes, se puso de parte de los padres y se mostró respetuoso con su derecho a la huelga. De no estar en campaña a lo peor no era tan comprensivo. Aún así más vale su actitud que la provocación permanente de Wert.
Pese a las cifras dispares de participación lo ocurrido puede servir de test del descontento social y del seguimiento de la huelga general convocada por las dos centrales sindicales para el día catorce de noviembre. Si todos estos padres que ayer protestaron no encuentran respuesta se sumarán a la huelga general junto a todos los
trabajadores que ven en peligro sus puestos de trabajo merced a la reforma laboral que supuestamente se aprobó para crear empleo.