28 de mayo de 2012 | Infoguadiato
Descanse en paz Hilario Garrido Rodríguez
El domingo pasado, día de la Ascensión, sí quiso tomar la mano de Quien se la pedía. Tranquilo, muy sereno, como aquel que espera sin miedo y aceptando que tenía ese viaje ya comprometido.
No hubo lamento, ni queja. Apenas una leve sensación de frialdad en sus manos, y su insistencia en señalar con un dedo hacia arriba: era su modo de decirnos que se marchaba.
Después de tantos años venciendo enfermedades, retándolas y ganándole las partidas supo, una vez más, hacer del momento más duro para un ser humano algo efímero, natural, trascendente...
Se fue más sumiso de lo que había vivido. Y eso le dignifica. No fue genio y figura…; no, en su última hora fue manso y humilde de corazón.
Descanse en paz Hilario Garrido Rodríguez.
Alcornocal, mayo del 2012
M.F.