8 de agosto de 2011 | Marco Schwartz
Hasta que Obama se arrodille
EN ESOS CASOS, POR AVENTURAS BÉLICAS Y ARMAMENTISTAS. ¿DÓNDE ESTABAN ENTONCES LAS AGENCIAS?
Standard & Poor’s, una de las tres agencias que deciden la suerte de los Estados mediante un control oligopólico de la calificación de las deudas públicas, ha degradado a EEUU por primera vez en su historia. Dejando de lado el debate sobre las causas de fondo que subyacen en el actual caos financiero internacional, resulta cuanto menos un pésimo chiste que aún se le reconozca a S&P y a sus dos agencias hermanas autoridad moral para juzgar la economía de EEUU, si se considera que ellas, con unas actuaciones que no han sido suficientemente investigadas, tienen una enorme responsabilidad en el estallido de la crisis y en el consecuente agravamiento del desbarajuste presupuestario que ya arrastraba desde hace años el país. Si la deuda se ha disparado durante el mandato de Obama es porque el Gobierno ha intentado afrontar esa crisis con inyecciones multimillonarias al sistema financiero y, ahora, con una política de estímulos para activar la economía. Pero S&P prefiere otras recetas y, en ese sentido, su decisión encaja en la estrategia de la derecha de acosar a Obama para arrancarle más concesiones de las que ya hizo para alcanzar esta semana un acuerdo sobre el techo de deuda. El presidente aceptó, entre otras cosas, drásticos recortes sociales que afectarán a millones de ciudadanos. Pero eso no es suficiente para S&P, para la derecha y para los tiburones al acecho. En los dos años y medio de Obama, la ratio deuda/PIB ha aumentado nueve puntos. En los dos cuatrienios de Bush subió 27,8 puntos. Y en los del
liberal Reagan, 20,6 puntos. En esos casos, por aventuras bélicas y armamentistas. ¿Dónde estaban entonces las agencias?