14 de abril de 2011 | Eduardo García López
La Ruta de las Minas, revalorización del patrimonio arqueológico minero
EL FUTURO DE PEÑARROYA ES UN SENTIMIENTO QUE DEBEMOS COMPARTIR TODOS LOS CIUDADANOS LIBRES DE ATADURAS, DE IDEAS.

La riqueza paisajística que contemplamos desde El Peñón de Peñarroya, excepcional mirador, regalo de la naturaleza, compartido con otra espectacular atalaya, el Castillo de Belmez, nos invita a disfrutar, a recrearnos de una impresionante panorámica. También a lamentar, a reflexionar. Desde lo alto de esta mole rocosa, vislumbramos y distinguimos alrededor numerosos pueblos y aldeas; cortijos, casonas, naves y nuevas edificaciones para recreo; la deslumbrante lámina de agua de Sierra Boyera, garantía para campos y labores donde vierte y sigue su curso el río Guadiato y otros arroyuelos; la serpenteante y mejorada carretera, prevista autovía, que nos conduce a la Capital; la paralizada línea de ferrocarril de vía estrecha, vilmente desmantelado, criminal atentado que dejó incomunicados a importantes poblaciones de tres provincias sufriendo las consecuencias de su frustrado desarrollo.
Inevitablemente, mi vista se detiene y se humedece afligida e indignada ante el objetivo que persigue esta carta que podía ilustrarla con otras humillaciones y deplorables imágenes. Razones de espacio lo impiden. A mis pies el alevoso espolio cometido en una cuenca minera que atraviesa todo el corazón del Guadiato y principalmente su capital, Peñarroya Pueblonuevo, dejando al descubierto un macabro cementerio de despojos , ruinas, restos y vestigios de un pasado glorioso. ¿Cómo se permitió a una empresa francesa tal demoledor escenario tantos años tocando con las manos, como hirientes puñaladas y que nos dijo ¡adiós! Tras explotar al máximo las ubres de nuestro subsuelo, dejando a miles de sacrificados y sufridos trabajadores , heroicos hombres y mujeres abandonados a su suerte? Las desgracias nunca vienen solas. Ya Peñarroya Pueblonuevo estuvo sometida a una cruel e injusta contienda bélica que aún, en este 2011, conserva la huella de los bombardeos, Quien lo probó lo sabe y lo atestigua. Más esto pertenece a la rescatada memoria histórica.
A continuación, como agua milagrosa y alivio a tantas amarguras y desdichas nos llega el INI, Encasur, con el fin de atenuar la sangría que supuso la emigración. Para colmo de adversidades, la crisis europea del carbón acabó con las ilusiones y esperanzas de despegue. Estaría escrito.
En estas últimas décadas, representantes de instituciones, organismos, dirigentes, autoridades, cargos políticos con peso e influencia, han visitado sucesivamente la comarca del Guadiato. En todos ellos, de sus labios, de sus manifestaciones idéntica consigna: Prioridad de la Administración para adoptar soluciones. Urgente atención a la problemática de la cuenca minera, la comarca más deprimida de la provincia. Los resultados a la vista están. Recientemente, Diario Córdoba, censaba nuestra población en 11.900 habitantes; y el éxodo prosigue. ¡Quién lo diría de aquellos años que rondaba los 40.000 residentes!. Ahora, con decisión y coraje dentro de sus posibilidades y las circunstancias que exigen la triste realidad, Peñarroya Pueblonuevo, se lanza buscando fórmulas y alternativas a un pueblo minero el revulsivo que necesita para detener el retroceso y levantar los decaídos ánimos atosigados con noticias aciagas que nada contribuyen a superarlos. En estas condiciones, el Gobierno Municipal se esfuerza y se plantea una transformación radical de la cuenca minera, revalorizando su patrimonio a través de la Ruta de las Minas, un atractivo turístico y cultural, con óptimas perspectivas de crear empleo si se estudia, se proyecta y se defiende con ahínco, pasión y entusiasmo bajo la dirección de documentados y expertos profesionales que, afortunadamente, en esta tierra, abundan. El patrocinio de los Fondos Miner sería clave.
Así venimos observando actuaciones nada despreciables que muy bien pueden ser el inicio de esta eficiente iniciativa, la única sin competencia que aporta la provincia, que dada su proximidad con la Capital, le permitiría concurrir y reforzar Córdoba 2016. En una rápida ojeada comprobamos los pasos que se vienen dando, tanto en el embellecimiento de la Ciudad, como en restauraciones de edificios singulares y obras nuevas: conexión de las rondas Norte y sur, montaje de castilletes y mejora de pozos mineros, Almacén Central, espaciosa nave multiusos, la joya de El Cerco Industrial, otrora desarrollando múltiples actividades que le dieron prestigio y fama internacional; conversión en Museo de la antigua Fábrica de Harina; Hotel con Encanto, la que fue residencia de ingenieros; Tren turístico, el proyecto estrella, novedoso atractivo, para visitar detenidamente todo el complejo minero; el futuro Gran Teatro “ Valle del Guadiato, en el distrito de Peñarroya, nuevo puente para modernizar y facilitar la conexión de los dos distritos; pavimentación y arreglo de calles, avenidas, jardines y nuevas rotondas; ampliación y mejora constante del Museo Geológico Minero, otra joya a nivel nacional; enlaces estación Renfe-ciudad; accesos al nuevo hospital del Guadiato; arreglo de los mercados emblemáticos; actuaciones en Papelera y Yutera; nuevos polígonos industriales; conservación de sus simbólicas y altivas chimeneas; Residencia de Discapacitados,; Estación de autobuses; Casino de El Terrible. En fin, son el principio de este Macroproyecto, la Ruta de las Minas, en la Córdoba Capital, puede colaborar y convertirse en el imán de este turismo internacional cansado de grandezas y vulgaridades y sólo busca historia, cultura, sabiduría, embrujo, misterio, nuevas sensaciones, nuevos decorados y nuevas experiencias.
Próximamente el comité evaluador de la candidatura cordobesa se desplazará para u último examen. Una visita propicia para acercarlo al Guadiato y comprobar in situ las históricas reliquias del que fue emporio fabril sin parangón en Andalucía y la Riqueza de su patrimonio arqueológico industrial y minero. De aquí a 2016, se pretende poner en valor estos inmensos y golosos espacios con el complemento de otros programas y actividades que se planifiquen “ad hoc”. Su privilegiada situación y los frutos de una buena gestión estarían asegurados.
Des de este fascínate balcón peñarriblense sucesos y situaciones se agolpan en mi cacumen. Y pienso en aquellas personalidades que auguraban esperanzas de estabilización y crecimiento para esta castigada comarca que nunca llegaron a cristalizar y a las estadísticas me remito ante el deteriorado movimiento de la población que soportamos sin atisbos de mejora. No dudo de la buena disposición e interés que desplegaron en resolver sus graves y acuciantes problemas. En estos momentos que La Ruta de las Minas –llámese como se quiera- puede ser una opción interesante que casaría perfectamente con otros proyectos, desearía a modo de mensaje, de sincero y sentido alegato, invitarles a todos , algunos aún en el candelero y en contacto permanente con la situación que vivimos, redoblaran sus esfuerzos y apoyaran sin reservas esta oportuna propuesta de poner en valor el valioso patrimonio arqueológico, industrial y minero, que bien diseñado y planteado, beneficiaría a Córdoba, la Capital, que igualmente es de suponer, se sentiría halagada con el cercano añadido de un proyecto turísticamente ilusionante, sin rival. Voces ajenas a esta localidad llevan tiempo reclamando revalorizar los deshechos y las cruentas huellas, heredadas de una empresa que tras aquella inhumana barbarie para mayor escarnio, se permite el lujo , el descaro, de lucir su poderío, por todos los confines, “el patrimonio de PEÑARROYA”.
Finalmente, retrocedo a una época que Peñarroya –Pueblonuevo contaba con un reducido número de abnegados profesionales de distintas especialidades que a pesar de su preparación y experiencia, se veían y deseaban para atender la numerosa población de entonces. Concretamente recuerdo el grupo de médicos y sanitarios que se pateaban las calles para visitar a sus pacientes. Lógicamente, aquellas personas de relieve, su preciado tiempo les impedía participar en el gobierno municipal. Ahora, nuestra Ciudad, con un raquítico censo, dispone de un elevado porcentaje de licenciados en todo tipo de carreras universitarias, la mayoría hijos de esta tierra nuestra, jóvenes de contrastada formación personal y profesional que no se deciden a solidarizarse, adherirse, colaborar en las actividades de los ayuntamientos de turno. Sálvese el que pueda, permanecer escondidos, apáticos, pasivos, aborregados, sin mostrar amor al terruño dando las espalda a la grave coyuntura que atravesamos, dejando solos y solas a esos paisanos y paisanas que se esfuerzan y sacrifican en servir a la sociedad con valentía y responsabilidad.
El futuro de Peñarroya Pueblonuevo es un sentimiento que debemos compartir todos los ciudadanos libres de ataduras, de ideas, de pensamientos llamados a cooperar con la administración local en la defensa de nuestros intereses, del bien común. Para aquellos reacios y temerosos que se mueven en un mar de dudas, les animo a cambiar de actitud y aprovechen y dediquen parte de su tiempo, de su capacidad, conocimientos y autoestima , al forzosos resurgir de nuestra Patria Chica, sin estar obligados a entrar en el terreno de una política que salvo honrosas excepciones, va vertiginosamente perdiendo adeptos.
Cierro este comentario recordando aquella sentencia lírica del inolvidable Manuel Machado: ¡Ay del pueblo que se olvida su pasado y al ignorar su prosapia se condena…!