. ¿De verdad estamos en el siglo XXI? Son conceptos desfasados. Mientras la educación política siga siendo tan simple el desarrollo y progreso social seguirá retrocediendo. Si nos atenemos al sistema político que nos rige en su mala praxis, el neocapitalismo antiliberal y antisocial, estamos incumpliendo la primera norma de convivencia, la Constitución. Son los poderes fácticos los que disfrutan ver divididos a los ciudadanos, enfrentándose como borregos en dos bandos. Peor que en el 36.
Algunos actúan como hinchas de equipos de fútbol, sienten sus colores en vez de tener un pensamiento crítico y racional,y todo porque usan las instituciones del Estado para colocar amigos o simpatizantes como si fuera una ett de alto standing.
No es una alternativa política la que se ofrece,es un sistema perfectamente engrasado para manipular la opinión pública y esconder los intereses bipartidistas que reducen la calidad Democrática. Corrupción legalizada y normalizada.
Discuten de todo,no se ponen de acuerdo en nada, y cuando hay que paralizar el tercer poder para que no los procesen ante la Justicia, tapan la corrupción. Si están en campaña electoral aparece el: "y tú más", teatro y cinismo, se olvidan de los asuntos
importantes y a seguir confundiendo al personal.
¿Y quién gana con tanta desfachatez? los corruptos. Títeres en el poder público y a fabricar la impunidad continuada.
Ejercer la política como una digna ocupación vocacional nada tiene que ver con la mala intención de manipular y desviar la atención del uso que le dan al erario público y al Boletín Oficial.
Hablar de política no es algo banal, porque sino contribuimos a la decadencia de nuestra sociedad y faltamos a los principios democráticos fundamentales.