Pablo Neruda demostró que se puede ser de izquierdas llamando asesino a Stalin y que la poesía política no es sólo la consigna de un partido, sino una reflexión desde un punto de vista. Un maestro.

Hace unos días nos dejó otro maestro universal en la política y uno de los últimos pilares de nuestra democracia, Julio Anguita, al que tal vez la historia le dé el paraíso. Rozó la gloria con 21 diputados en el parlamento en 1996 y 8 años como alcalde de la tercera ciudad de Andalucía y la 13 del país… Anguita dijo que: “España se pone delante de un toro, pero ve un libro y sale corriendo”… Porque el viejo profesor tenía una espinita clavada de no poder haber sido catedrático de historia o filosofía, doy fe. El creía que la educación era una de las bases fundamentales para una sociedad, quizá visto desde un prisma marxista, eso no puedo asegurar.

Julio era una máquina de pensar, analizar y proponer estrategias, alternativas, programas concretos, sin ninguna concesión a la galería. Cada carta que escribía era una batalla política, estuvieran dirigidas al obispo de Córdoba, a Felipe González o a José María Aznar. Su grandeza política y moral era insoportable para el sistema y por ello sufrió sistemáticas operaciones de desprestigio por los poderes establecidos

Su categoría democrática fue la de un comunista sin fisuras. Una ideología que por mucho que se dulcifique, es una ideología totalitaria similar al nazismo o fascismo y con una realidad macabra que ha afectado a millones de personas en el mundo. Anguita, fue siempre coherente con sus ideas y no se cambió de chaqueta como tantos correligionarios.

También dejo dicho el “Califa Rojo”:
"El PSOE es una izquierda de estampilla y va siempre detrás de la derecha". Duro, pero la historia le da la razón.

Vivimos ya en Estados socialistas, pero solo para ese 1% que tiene el 99% de la riqueza, sobre todo del sector financiero, cada vez que estos arruinan salen los bancos centrales a salvarlos imprimiendo de la nada millones de dólares o euros y comprándoles sus productos tóxicos, pero el resto capitalismo al máximo.

Tal vez tocó techo Anguita con 21 diputados, la mayoría absoluta de su Izquierda Unida (más izquierda que unida) hubiese sido la Utopía… Descanse en paz.