19 de noviembre de 2019 | Enrique Babiano
El día que más temía llegó, ya no estás a mi lado

El día que más temía llegó, ya no estás a mi lado, daría todo por poder leerte esta carta, pero ya no estás aquí, te has ido a donde no hay regreso, donde no te puedo buscar.
Ya no estás, siento mucha soledad, mucha tristeza y todo lo que me rodea me recuerda a tí, en todo de mi vida cotidiana, porque siempre estabas aquí, mirando y riéndote de mis locas aventuras que te contaba.
Me siento egoísta, pues tengo muchos sentimientos encontrados, ¿por qué tuviste que irte?
A veces parece que todo es un mal sueño, que voy a despertar y te veré hablando y sonriendo. Te extraño tanto, más debo sacar fuerzas, siempre me decías que debía hacerme a la idea, pero nadie está preparado para afrontar la muerte y mucho menos la de una madre.
Si siempre hemos estado muy unidos, estos últimos años nuestra unión ha sido más grande, teníamos una conexión especial, solo con una mirada sabíamos lo que estábamos pensando.
Dicen que el tiempo es el olvido, pero en este caso no será así porque cada día que pasa tu recuerdo es más fuerte.
Tus últimos años los pasaste en la residencia Santa Bárbara, GRACIAS, gracias a todos, enfermeras, auxiliares, limpiadoras, fisios, psicóloga, trabajadora social, Juan León, pero en especial a ti Rocío, mi amiga, tú me has consolado en los momentos difíciles y has sido el hombro en el que he derramado alguna que otra lágrima, has estado ahí cuando más lo he necesitado y por eso mi gratitud será eterna.
Ya me despido, llegará un día en el que volvamos a estar juntos, pero hasta que llegue ese día, cuídanos desde donde estés.
Te quiero mamá.