Últimamente, el catalanismo más radical -ellos se llaman a si mismos nacionalistas-, amparados en la democracia, está dando señas de intolerantes e inconformistas, rozando las ideas de todo buen dictador, al querer imponer sus criterios le pese a quien le pese.
Tras conseguir el Estatuto de Autonomía que tanto les ha beneficiado a expensas de todos los españoles, siguieron dando vueltas a la tuerca, hasta implantar el catalán en todas las instituciones oficiales, en detrimento del castellano, arrastrando con ello a cientos de personas a la discriminación y al aislamiento profesional si no sabías el catalán –otra forma de “dictadura democrática”-.
Pasaron los años y gracias al voto democrático, los partidos nacionalistas catalanes siguieron haciendo y deshaciendo a sus anchas, con el Gobierno Central comiendo de su mano si querían seguir teniéndolos contentos para que en caso de necesidad votaran a su favor en el Parlamento Nacional. La penúltima fue pedir la independencia de España, para así tener más amarrados a sus súbditos, que con sus votos y sin darse cuenta, les están facilitando la labor de llevar a Cataluña a la “dictadura democrática” mencionada anteriormente.
En medio, tenemos otras concesiones financieras de diario, como es el caso del IVA y la obtención de la independencia en el número propio con el que empiezan los códigos de barras de los productos fabricados en Cataluña, en este caso el 15, en lugar del 84 con el que empieza el resto de los productos españoles. Sin darse cuenta nos han facilitado la tarea de identificar sus productos para no comprarlos.
Y por último, algo impropio de un gobierno que se llama democrático, prohibir las corridas de toros. Si prohibes algo, coartando así la libertad de elección de sus ciudadanos, debe ser una cosa que beneficie a una gran mayoría, nunca a una minoría y mucho menos por tirarse una chulería política, para borrar de un plumazo algo que huele a España y a tradición nacional. ¿Han pensado en prohibir también el aborto? ¿Prohibirán también los Castillos Humanos, por poner en peligro a los niños que los coronan? ¿Quitarán también de un plumazo las fiestas en los pueblos donde el toro es el protagonista? ¿Evitarán el sufrimiento del toro embolado?
Al paso que van, dentro de unos pocos años -ojala nunca lleguemos a verlo-, y puestos a decretar leyes catalanistas, todo aquel que no sepa catalán y que no piense como ellos, o simplemente quiera expresar en público la victoria de la Selección Española, por poner un ejemplo, le pueden abordar por la calle y quitarlo de en medio, como hacían en otra época otros de cuyo nombre no quiero acordarme. De ahí a la dictadura va un paso.