16 de octubre de 2018 | Pepe Bernal
Desde mi Ermita
El latín y las posverdades

Cabra es una hermosa ciudad de la subbética cordobesa que, aparte de su historia y su enclave privilegiado, tiene en su haber un legado de ilustres políticos; en el siglo XIX, Peña Aguayo y Martín Belda fueron Ministro de Hacienda y Presidente del Congreso respectivamente, y en el XX el polifacético ministro del régimen José Solís Ruiz fue quizá el más conocido, como lo fue igualmente su rechazo a nuestra lengua madre –el latín- a la que despreció en varias ocasiones, llegando a dejar la famosa pildorita: “Menos latín y más deporte”. En una desafortunada intervención llegó a dejar en el aire la cuestión: ¿Para qué sirve el latín?... A lo que rápidamente, y con cierta mala leche, el señor Muñoz Alonso replicó: Pues, por ejemplo, señor ministro, para que a Su Señoría le llamen egabrense (gentilicio de cabra) y no otra cosa más fea.
Anécdotas aparte hoy día contamos con dos egabrenses en nuestro candelero político, José Calvo Poyato y su hermana Carmen actual vicepresidenta del gobierno.
En el siglo pasado aún no se acuñaba el término posverdad que en su amplio espectro de significado viene a englobar tanto mentiras como cosas sin sentido.
Carmen Calvo, ha planteado regular la libertad de expresión de los medios para poner coto a las noticias falsas.
Entre un buen puñado de obviedades ha dicho: “Necesitamos información, pero veraz”, Calvo alertaba del descrédito en el que ha caído el periodismo, al que venía a culpar de que hoy en día las fuentes de información de la juventud sean “Internet y los tuits” porque nadie confía en lo que lee u oye.
¿Quién, aparte de los jueces, condenaría la falsedad de una noticia?, o ¿este progresista gobierno al que pertenece Calvo resucitaría algún tipo de censura?
Hay que poner las cosas en su sitio, tal vez la Señora Calvo se pregunte: ¿Para qué sirve la “Maldita Hemeroteca”? …Pues, para entre otras cosas, recordarle que las posverdades no son propias de egabrenses si no de políticos.